El párroco de un pueblo de Andalucía dijo en la homilía, de la misa de primera comunión: “….Que hace 30 años, había mucha más incultura. Y a lo mejor un hombre se emborrachaba y llegaba a su casa y le pegaba a la mujer, pero no la mataba como hoy, ¡eh!. Hoy es que la mata, o él a ella o ella a él; porque antes había un sentido moral, unos principios cristianos que hoy no los hay”. También dijo que en la actualidad hay más crímenes, más violencia, más droga, más asesinatos, más violencia de género, hay más de todo y cosas así”. El propio cura se preguntó "por qué" y respondió que "antes había un sentido moral y hoy no lo hay; antes había unos principios cristianos y antes había unos valores y antes existían los mandamientos", de modo que "una persona tenía una formación cristiana y, aunque se emborrachaba, sabía que había un quinto mandamiento que decía no matarás". Todo esto lo dijo delante de unos niños, en su primera comunión. No les explicó, por ejemplo, alguna pincelada de la vida de Hans Christian Andersen, o la parábola del “Grano de Mostaza”: “El Reino de los Cielos es semejante al grano de mostaza que tomó un hombre y lo sembró en su campo; es ciertamente la más pequeña de todas las semillas, pero cuando ha crecido es la mayor de las hortalizas, y llega a ser como un árbol, hasta el punto de que los pájaros del cielo acuden a anidar en sus ramas”. Sin embargo para ese cura hoy, en vez de esculpir inocentes almas, dice que no sabe nadie ni qué son los mandamientos ni hay frontera entre el bien y el mal, pues cada uno hace de su capa un sayo y, por mucha carrera que uno tiene, por muchos estudios que uno tenga, la moral está peor". A su juicio, se debe a que "Cristo ha desaparecido de nuestra sociedad", y "si Jesús desaparece de nuestra sociedad esto será la selva". "En la selva sabéis lo que pasa, ¿no? Unos animales matan a otros por la supervivencia; el más fuerte mata al más débil. Pues eso ya casi lo tenemos en nuestra sociedad si se pierden los valores cristianos, esto se convertirá en una selva”. Yo diría más o menos como lo que vemos en el National Geographic, (¡Qué gran programa de animales!: es precioso). Claro que a este tragaldabas, se le olvidó referirse a los que ya pululan por esta frondosa selva, como son los homófobos, y los miserables hijoputas pederastas de toda ralea, que abusan de los niños, y cuyos castigos, a unos lo enchironan, y a otros los trasladan a otras sedes de su respetada y omnímoda organización. A mí, solo por curiosidad, me agradaría saber si en esa homilía explicó lo que representan las palabras: Justicia, Paz, Respeto, Solidaridad, Compartir, Libertad (de culto), Misericordia, Amor; y tantos sinónimos que para un niño, o una niña, que van a recibir ese sagrado sacramento, les hubiese venido estupendamente, y no los comentarios de la violencia de género; porque cuando el Cristo, su jefe vuelva, como decía Machado, en “Juan de Mairena”, predicando el orgullo a los humildes, como antes predicaba la humildad a los poderosos, a él, “sacamuelas de plaza pública”, con sus melífluas gesticulaciones, y manos a la altura del pecho, como diría Erasmo de Rotterdam, queriendo parecer gran retórico, le dará un par de hostias (de oblea) bien dadas, y lo pondrá de cara a la pared.
A este cura, hay que recitarle aquél verso de Horacio, que por suerte también Erasmo refiere en su “Elogio a la Locura”: “Quorsum hae tam putida tendunt?, que traducido: ¿Adónde irá a parar (este zampabollos) con tanta incoherencia?
