Si la Navidad tiene algún sonido que la identifica ese es, sin duda alguna, el de los villancicos.
Grandes y pequeños (aunque más éstos que aquellos) armados con panderetas, zambombas y demás instrumentos adecuados para la ocasión, cantan con júbilo conmemorando el nacimiento de Jesús.
“En el portal de Belén
hacen lumbre los pastores
para calentar al Niño
que ha nacido entre las flores.
Gloria, Gloria en el bien nacido
vaya, vaya otro villancico”.
En España el villancico tuvo una especial riqueza cultural en los siglos XV y XVI con autores como Juan de Enzina.
Actualmente se ha perdido mucho la costumbre de que niños y adolescentes deambulen por las calles, en grupos, cantando villancicos y si se terciaba, solicitar aguinaldos.
Hoy, los únicos villancicos que suenan por las calles y no son pocos, proceden de los altavoces de los comercios y de los instalados por los ayuntamientos junto a la imprescindible decoración luminosa que corona las vías urbanas en esta época festiva.
Pero, sin embargo, en el interior de los hogares y también colegios y otras instituciones, los niños siguen celebrando la llegada de la Navidad, cantando los villancicos de siempre.
En los hogares donde hay niños suelen abordar estas fechas con un espíritu bastante más navideño, conservando un espacio para que padres e hijos a menudo con los abuelos y otros familiares, reunidos ante el Belén, canten villancicos.
Cantándolos en familia es, a fin de cuentas, un acto de amor.
Origen: poemas cortesanos profanos del siglo XV
El origen de los villancicos hay que situarlo, precisamente en los poemas cortesanos sobre asuntos amorosos que, entre los siglos XV y XVI, hicieron las delicias de las élites en los salones de la nobleza española.
Luego pasarían a formar parte de las cantatas eclesiásticas para, finalmente, ser apropiados por el pueblo llano, que fue quien les dio la vida y la fuerza que les ha permitido llegar hasta hoy. Una cuestión de amor, tal y como hemos apuntado anteriormente.
Es un género de composiciones poético-musicales españolas. En un principio fueron monódicos, recitados o cantados por una sola persona, pero pronto pasaron a ser polifónicos.
De las cantatas sacras al villancico popular
Durante los siglos XVII y XVIII el término villancico pasó a denominar una especie de cantata religiosa para solistas y coro, con acompañamiento instrumental, que se ejecutaba en los principales templos, durante las liturgias celebradas desde el día de la Inmaculada Concepción al día de Reyes, incluyendo la celebración de Navidad, claro está.
Así fueron evolucionando como villancicos populares hasta nuestros días…
MELILLA CANTA A LA NAVIDAD
En 2022 se ha compuesto este nuevo villancico cuyo autor es Enrique Casellas Rodríguez, pregonero de la Semana Santa de Sevilla 2023.
“ Ven, mira, aquella es la Estrella de Oriente,
sal y verás cómo cambia el ambiente.
Todo se transforma, brotan ecos desde el mar
uniendo a Melilla en un cantar.
Ven, te he guardado un sitito en mi mesa.
Sal, porque un tiempo de abrazos regresa
Niños y mayores,
venid, todos, que está aquí,
vuelve la alegría de vivir
ESTRIBILLO
En Melilla es Navidad,
vamos todos al portal.
Vuelve nuestra ilusión,
suenan campanas de amor y paz
Ten, hoy comparto contigo mis sueños.
Sí, mis deseos mis ganas mi empeño.
Me enseñó este tiempo
que la vida es compartir,
intentando siempre ser feliz
.
Ven, adornemos con luces los días.
Sí, llega el tiempo de la fantasía.
Va a llegarle al mundo la Esperanza,
ya está aquí, vuelve la alegría de vivir.”
NO PERDAMOS ESTA BONITA Y ENTRAÑABLE DEVOCIÓN AL NIÑO QUE NOS NACE.
Mª Isabel Pintos Mota
