Partido disputadísimo entre dos selecciones, la de Asturias y la de Castilla La Mancha, con una virtud principal: el orden. En una primera mitad igualadísima, los dos internacionales que atesora el equipo asturiano no resultaron suficientes para descolocar a un hermético combinado manchego, que cerró todos los espacios y no concedió ninguna ocasión de gol a su rival en la primera parte del encuentro. Partido disputadísimo entre dos selecciones, la de Asturias y la de Castilla La Mancha, con una virtud principal: el orden. En una primera mitad igualadísima, los dos internacionales que atesora el equipo asturiano no resultaron suficientes para descolocar a un hermético combinado manchego, que cerró todos los espacios y no concedió ninguna ocasión de gol a su rival en la primera parte del encuentro.
Resguardado por esa coraza el equipo de Jesús Moreno esbozó su estrategia tratando de aprovechar los escasos errores de los del Principado, que fueron muy pocos, para proyectarse en ataque. Las dos primeras ocasiones para Castilla La Mancha tuvieron a Dani con protagonista en ambas, la primera tratando de rematar un balón cuando se encontraba tapado por un adversario, y la segunda con un disparo en posición inmejorable cuyo trallazo repelió el portero. Asturias reaccionó y en la única concesión de Castilla La Mancha Alvaro avanzó por banda derecha y disparó raso obligando a Lajarín a realizar una acrobática parada.
El equilibrio entre estos dos conjuntos solamente podía desequilibrarse con un error y este lo cometió el central izquierdo asturiano, que se entretuvo con el balón y allí apareció en la presión Dani para robar y provocar un penalti que se encargó de materializar él mismo con un certero lanzamiento pegado a la cepa de poste derecho. Con el consabido 0-1 finalizaba el primer tiempo.
En la reanudación, los asturianos lo intentaron por todos los medios, incluso enviando un balón al palo, aunque no serían capaces de modificar el marcador final.
