La sociedad civil de España se está movilizando en defensa de las libertades individuales, del respeto a la convivencia pacífica, de la tolerancia y regeneración de la democracia y para que nuestro Estado de Derecho ofrezca mecanismos eficaces de control del poder; también hay movimientos contra la corrupción y es una necesidad que el Estado de Derecho facilite garantías judiciales de trato igual, de los ciudadanos, ante la justicia. Son muchos los foros, ámbitos preocupados y activos, movidos por la buena fe, que no esperan nada a cambio, salvo que los órganos competentes reaccionen ante conductas y acciones ilegales. Así, en Cataluña ha surgido la Sociedad Civil Catalana contra el independentismo nacionalista y en defensa de la unidad de España; a su vez, el 15 de julio de 2014 ha nacido “Libres e Iguales”. Les damos la bienvenida.
“Libres e Iguales”, está constituido por un grupo de españoles, conocidos en los ámbitos políticos y periodísticos, y reconocidos por su línea en defensa de la libertad y del Estado de Derecho. Su iniciativa pretende recordar algo evidente, que Cataluña es España, que es una región histórica del Reino de Aragón que, junto al de Castilla, configuraron España en el siglo XV. “Libres e Iguales” quiere “integrar a los españoles en el debate dialéctico frente al secesionismo”. Desde el Club Liberal Español les hemos remitido un burofax de aliento al acto organizado en Madrid el 11 de septiembre y su planteamiento coincide con nuestra idea de que la unión de España, y de los españoles, son una garantía para el ejercicio libre e igual, de nuestras libertades en todo el territorio nacional, sobre el que el pueblo español ostenta la soberanía.
Manifiestan los promotores lo que es obvio; y aunque parezca innecesario explicar la Historia de España, debemos hacerlo, y deben hablar los especialistas, historiadores, sin permanecer en silencio pues hay que contestar con la verdad, una y otra vez, sin cansancio, porque el equipo que encabeza el independentismo de Cataluña insiste en cambiar la Historia de Cataluña para sacar a Cataluña de nuestra historia e inventando una Historia distinta, ajena a España, con falsedades, mitología y mentiras con las que pretenden fundamentar la separación de Cataluña, que saben nunca ha sido independiente.
Pero, si mala es la manipulación de la historia, peor es su intento de división de la sociedad catalana, manipulando sentimientos, calificando de buenos catalanes a quienes siguen sus ideas separatistas y tachando de traidor a quien discrepa. Pretenden basar su identidad en la lengua catalana pero, nuevamente, falsean la realidad, ya que la sociedad catalana es bilingüe español-catalán, en donde concurren y se utilizan desde siempre, sin conflicto, ambas lenguas. Sirva este momento para recordar a Peret y hacerle mi particular homenaje.
El independentismo que perseguía un partido residual, ERC, ha aumentado con la aportación del partido de gobierno, del nacionalista Convergencia y, juntos, han avanzado en la pretensión independentista movidos por una confluencia de intereses económicos y políticos, con el fin de alcanzar el control absoluto de la sociedad y de las instituciones. Lo peculiar de la situación de Cataluña es que ese objetivo se pretende, sin rubor ni control, desde la administración territorial del Estado, la propia Comunidad Autónoma, hasta el punto que se trata de una situación de que parte del Estado actúa con métodos y fines ilegales, contra el propio Estado, lo que acredita una evidente desviación de poder y provoca confusión en los ciudadanos. Otro medio trascendental disponible –y dispuesto- es el presupuesto público para sus fines partidistas, con monopolio de los medios de comunicación públicos, que son simples medios de propaganda al servicio del independentismo. Esta descripción de los hechos, que trata de romper la convivencia y marginar a quiénes no es de “los suyos”, recuerda las tácticas conocidas en los procesos de implantación del totalitarismo que se han utilizado en el siglo XX.
Hay varias obras publicadas sobre el proceso de formación de los estados totalitarios y quiero recordar dos que descubren los medios que utilizan las elites promotoras, para alzarse con el poder total en un país y marginar a los ciudadanos discrepantes. Las obras son “Los Orígenes del totalitarismo” de Hannah Arendt, publicada en 1948, recién terminada la 2ª Guerra Mundial, y una vez conocido en detalle el holocausto, y recientemente, se ha publicado “El Telón de Acero”, de Anne Applebaum. Ambas obras exponen los requisitos y procedimientos utilizados por los totalitarismos y fascismos del Siglo XX, desde la Alemania nazi hasta las dictaduras de los países del este, para alcanzar el control absoluto del poder y del ciudadano, sin controles políticos ni judiciales. Son tres los elementos precisos: un grupo líder que invoca una causa-motivo, amplios medios materiales y un sistema de acción-presión para atemorizar a los ciudadanos.
La causa que lanza la elite, para amalgamar a la masa suele ser el odio; en su día fue el odio a los judíos y en otros casos contra un sector de la población o contra una clase social. La persona individual no cuenta, sólo tiene valor el “pueblo, el colectivo”, “o el partido”, como ente superior, cuya doctrina deben seguir todos los individuos y, quien no se adhiere o se someta en silencio, queda apartado del “grupo” leal dominante. Los medios son: recursos de organización y económicos; evidentemente, el poder y el presupuesto tiene gran atracción, se adhieren muchas personas que dependen económicamente de él, sea por relación laboral, por subvenciones o por contratos que, de otro modo, no conseguirían. Otro elemento son los medios de comunicación, la propaganda, sin respeto alguno al pluralismo y, finalmente, esta posición se completa con una educación dirigida para formar en la idea matriz. De ello, surge “la masa” que sigue al líder, unos por convicción o dependencia económica (clientelismo); otros, para no ser señalados y ser apartados por el “grupo dominante”.
CONCLUSIÓN: Una elite dominante, con medios económicos, de comunicación, con la educación controlada puede romper la convivencia social. Tras el miedo, el silencio y el poder absoluto surge la dictadura totalitaria. Hay que evitar repetir lo ya sufrido, y no se pueden ceder parcelas de libertad individual.
