La viceconsejera del Mayor y Asuntos Sociales, Carmina San Martín,anunció hace unos días que las asociaciones de vecinos de Melilla ya pueden presentar sus proyectos para obtener una financiación de la Ciudad Autónoma. Desde mi perspectiva, esto está bien y es necesario, pero creo que es bastante pobre el hecho de que los ciudadanos de nuestra ciudad se queden en eso. En un proyecto financiado por la Viceconsejería. En mi opinión, a partir del 1 de Julio, Carmina San Martín, que tiene un don especial para la comunicación con la ciudadanía, debería de hacer un seguimiento periódico de las asociaciones vecinales.
Las asociaciones vecinales son en resumen el pueblo. Desde mi perspectiva, la falta de comunicación entre el poder político y el ciudadano ha dado en este país movimientos y plataformas populistas que en nada benefician el ritmo político institucional que España, en su conjunto, ha vivido en su etapa post constitucional. Estos movimientos, ahora, tienen un motivo de ser. Y creo que lo seguirán teniendo si las cosas se siguen haciendo como hasta la fecha. La viceconsejera debería de tener un mayor protagonismo en esta área tan elemental como es la conexión entre el pueblo y sus representantes, porque al fin y al cabo, los políticos no son otra cosa.
Veo necesario en este país, y de momento, en esta ciudad, que los portavoces de las diferentes asociaciones de vecinos mantengan reunionesperiódicas con Carmina San Martín para que los políticos vean de primera mano cuáles son las necesidades reales de los barrios de Melilla y los vecinos que las componen. Lo que está en mal estado. Las diferentes tasas de desempleo entre unas zonas y otras y cómo no, las carencias en infraestructuras que sufren la vecindades día a día.
A veces una ciudad necesita hacer menos obras faraónicas para realizar otras más necesarias y que necesitan ser dotadas de menos presupuesto…La implicación orgánica de la ciudadanía en el comportamiento político de sus representantes en importante, ya que crearía una armonía y equilibrio muy difícil de romper. Y es precisamente esto, lo que en mi humilde opinión, debería ser objetivo de obligado cumplimiento de cualquier partido en el Gobierno dentro de la política municipal.
