Aunque durante la pasada campaña electoral la mayoría de los partidos apenas trataron el tema de la abstención, pues (a pesar de que ésta viene a ser endémica en las elecciones al Parlamento Europeo) cada cual barajaba el sentido en que podría beneficiarle, tuvimos que esperar a la jornada de reflexión y al mismo día de las votaciones para escuchar llamamientos a la participación de diversa intensidad: …tímidos, en el caso de los partidos mayoritarios, o encendidos, en el resto. "No os quedéis en casa, votad". Y se dio la circunstancia de que muchos cientos de miles de jóvenes, en lugar de quedarse en casa haciendo el ni-ni o permaneciendo ajenos a las instituciones democráticas, se lanzaron a votar, comprometidos no ya con solo con la fútil protesta on line sino también con la representación parlamentaria: PODEMOS, así, obtuvo más de un millón de votos y nada menos que 5 eurodiputados. Pues bien, ¿cuál fue la reacción de esa banda de hipócritas que copan la gran mayoría de nuestro arco político, apenas unas horas después de conocerse el resultado electoral? Lanzarse al cuello de PODEMOS con la peor retahíla de insultos y burradas que uno recuerda en ninguno de los periodos postelectorales desde 2.004. Ahora resulta que ese millón doscientos y pico mil personas que votaron a esa formación debió quedarse en casa antes de dar su voto a esos lepenistas, frikis, populistas, hitlerianos, ultraizquierdistas, etc, de PODEMOS.
No ha habido distinción: el PP (y sus medios informativos afines), que puede estar bien seguro de que ninguno de los votos de la formación de Pablo Iglesias proviene de su partido, después de haber escondido, avergonzado, a sus ministros y ministras, e incluso a su candidato, durante la campaña, ahora se tira de los pelos porque el país ha girado a la izquierda, y en lugar de hacer la autocrítica pertinente, se dedica al insulto masivo, sin percatarse de que, a causa de su patética campaña de injurias, en estos pocos días de resaca electoral ha logrado incrementar aún más el apoyo a esa formación de peligrosos bolcheviques con coleta. El PSOE está en otras cosas pero no podía faltar Felipe González, el del pacto con el PP, para hacer coincidir su discurso con el de González Pons: "¡Peligro, nos quieren quitar el chollo!". Mención especial merece el personal de UPyD, acusando de populismo a PODEMOS, cuando todos sabemos que la base electoral de esa formación ha sido ganada a base del más barato y sonrojante oportunismo.
Los argumentarios anti PODEMOS se han extendido a todos los niveles administrativos y, así, hemos podido escuchar cómo alcaldes, concejales y miembros de partidos locales papagayeaban las mismas ridículas consignas. Incluso aquí, en Melilla, he tenido que escuchar al mismísimo representante de PRIMAVERA EUROPEA en Melilla, Manuel Soria, predecir que PODEMOS durará poco porque carece de "andamiaje". Pues le diré lo mismo que Alfonso Guerra dijo a uno de sus candidatos que calificó de "tonto" al que le ganó: "aplícate el cuento". Si PODEMOS ha cuadruplicado los votos de PRIMAVERA EUROPEA, acaso sea porque la gente está hartándose de "andamiajes", de esos aparatos de partido que impiden, entre otras cosas, una auténtica unidad de acción de la izquierda, incluido el suyo. Los únicos que han tenido un discurso digno, consecuente a un análisis crítico adecuado, han sido Izquierda Unida, precisamente los que más han podido verse perjudicados por el voto "podemista", proponiendo una revisión de sus métodos y ofreciéndose a PODEMOS a posibles pactos unitarios.
Y que nadie se engañe, no han sido las redes sociales, pues de ellas hacen uso todos los partidos (y, algunos, ¡de qué vergonzante manera!). Han sido las políticas llevadas a cabo las que han definido el voto y la abstención. Rajoy apenas podrá recuperar (si acaso) uno o dos puntos de apoyo popular si sigue mintiendo, machacando a la población con sus contrarreformas y encubriendo la corrupción; al PSOE le ocurrirá lo mismo si sigue coqueteando con las políticas de derechas y sin jubilar a sus barones (lo de "bajar impuestos es de izquierdas" es imposible de olvidar); Izquierda Unida seguirá sangrando por Extremadura; y UPyD sigue jugando a la calculada ambigüedad…
Sin haber tenido tiempo siquiera para meter la pata, cosa que no puede decir ningún partido en España, a PODEMOS le ladran desde el minuto uno quienes ya le oyen cabalgar, los mismos que temen que se les pueda estar acabando el chollo.
