En pleno día de la Constitución así está España, avergonzada y llena de ira cuando otra tanda de asesinos etarras salen de las cárceles, donde siempre debieron de quedarse. Esto de las excarcelaciones va poco a poco, primero sacaron a Bolinaga y a Inés del Río y a otros y otras sanguinarios de forma masiva como consecuencia de la derogación de la doctrina Parot y ahora a estas alimañas del Santi Potros y Plazaola, en pleno puente, con las navidades ahí encima, para sondear como es recibida por la sociedad y detrás vienen otros cincuenta criminales más.
Algunos lo llaman hoja de ruta, el español y española con vergüenza, clama con asco tachándolo de injusticia, de estrategia, de simple debilidad ante ETA, una mas y van… tantas que no solo perdemos la cuenta, sino la firmeza que todo Estado de Derecho debe tener. El primero de los dos sacados de prisión ha cumplido dieciocho años de los tres mil a los que fue condenado, aunque sabemos que ni vivimos ese tiempo y que con la legislación con la que fueron juzgados no habrían permanecido entre rejas mas de treinta años. El otro, ha pasado el mismo tiempo a la sombra de los cuarenta y seis años que le cayeron. La interpretación de la Sección Primera de la Audiencia Nacional (AN) que ha ordenado la puesta en libertad de estos criminales se cae al no haber tenido en cuenta el contenido de la Ley que traslada la decisión marco de la Unión Europea (UE) a la normativa española. Esta norma impide expresamente que se acojan al descuento de las penas quienes fueron condenados con anterioridad a Agosto de 2.010, y de esas dos escorias hablamos. Además la Sección Segunda de la AN ha denegado la reclamación de otro preso de la banda asesina ETA, en idéntica situación de los dos que ya están en la calle. Encima discrepancias entre ambas Secciones lo que acarrea un grave daño a la Administración de Justicia en España. La Fiscalía ha actuado como solo puede hacerlo, ha presentado recursos, recordando que las decisiones marco de la UE no son vinculantes, contrariamente a lo que sucede con sus directivas. Dicho de otro modo prevalece la normativa nacional sobre la de la Unión. Ahora todo queda en manos del Tribunal Supremo, cuyo presidente ya ha convocado a sus quince miembros para resolver lo que la AN ha dejado sueltos. No debemos olvidar el currículo de Santi Potros, ordenó la matanza de Hipercor con un saldo de veintiún muertos y cuarenta y dos heridos, personas que como usted o yo podíamos estar haciendo la compra o el atentado con coche bomba en la Plaza de la Republica Dominicana de Madrid, en la que doce guardias civiles perdieron la vida. Da lo mismo que la Ley de Enjuiciamiento Criminal niegue la posibilidad de descontar las penas cumplidas en otros estados. Con resoluciones como la que comentamos no estamos para celebrar la Carta Magna cuando vemos el sufrimiento que padecen, una vez más las victimas, que no es solo de ellas sino de toda una sociedad que asiste atónita ante otro agravio. ETA ha quitado la vida a ochocientas cuarenta y nueve víctimas y no hay constancia de la autoria del veintitrés por ciento de sus crímenes. El Gobierno ha manifestado que no entiende la salida de los terroristas. De estos que sobran en cualquier sociedad porque solo saben matar causar heridos sembrando el miedo y para los que la legislación debe endurecerse. La opinión de la periodista experta en terrorismo, Ángeles Escrivá, no conozco a ningún etarra que se haya arrepentido, es imprescindible en este momento, tanto como las palabras de Maite Pagazaurtundua, tuvimos que rebelarnos contra el asesinato, sí pero también contra cada muestra de insensibilidad.
