Director: Terry George. Intérpretes: Oscar Isaac, Christian Bale, Charlotte Le Bon
La historia que nos cuenta La promesa se sitúa en el año 1914, tiempo político de gran inestabilidad en Europa, con la sombra de la Gran Guerra cerniéndose en el horizonte. En Turquía, a caballo entre Europa y Asia, no estaban los ánimos más tranquilos. el poderoso Imperio Otomano se desmoronaba y Constantinopla, la efervescente ciudad multicultural, estaba a punto de sumirse en el caos.
Michael Boghosian (Oscar Isaac) es un joven armenio que vive con sus padres en Siroun, un pequeño pueblo al sur de Turquía en el que han convivido en paz, durante siglos, musulmanes turcos y cristianos armenios. Por tradición, los varones de la familia Boghosian han sido farmacéuticos durante generaciones, pero él quiere ampliar sus conocimientos y hacerse médico para cuidar a sus convecinos. El problema principal para cumplir su sueño es la falta de dinero, por lo que Michael se compromete para desposarse con una joven y, con el dinero de la dote, marcha a Constantinopla a estudiar medicina.
En la ciudad, se aloja en casa de su tío, comerciante en el Gran Bazar con una situación económica bastante desahogada. Allí conoce a Ana (Charlotte Le Bon), artista de origen armenio que ha llegado de París, tras la repentina muerte de su padre, acompañando al periodista norteamericano Chris Myers (Christian Bale), desplazado a Turquía para cubrir la actualidad geopolítica. La herencia de origen común, hace que se produzca una poderosa atracción entre Michael y Ana, aunque el joven trata de rechazarla manteniéndose fiel a la promesa de matrimonio dada anteriormente.
En la Universidad, Michael hace amistad con Emre Ogan (Marwan Kenzari), hijo de militar que no ha querido seguir la carrera del padre. Mientras los jóvenes viven sus historias entre fiesta y fiesta, los turcos han forjado una alianza con Alemania y el imperio se vuelve violentamente en contra de sus propias minorías étnicas. Michael, Chris y Ana tendrán que aplazar su conflicto de pasiones y aunar fuerzas para sobrevivir cuando los acontecimientos amenazan con superarlos. Se harán promesas. Mientras algunas se incumplen, la única que es necesario respetar es seguir con vida para poder contar la historia.
El guionista y director Terry George nació en 1952 en Belfast, Irlanda del Norte, ciudad en la que se crió. A los 18 años fue arrestado por sospecha de actividad republicana. Se involucró con el Partido Socialista Republicano Irlandés (IRSP) y, en 1975, fue detenido por soldados británicos por formar parte de un grupo armado, aunque él siempre negó que llevara un arma, siendo condenado a seis años de prisión en Long Kesh (por esa época también fueron encarcelados Gerry Adams y Patsy O'Hara, fallecido en las huelgas de hambre de 1981). George fue puesto en libertad en 1978 por buen comportamiento.
En 1981, Terry George, su esposa e hija emigran a Nueva York. Tanto la mujer como la hija fueron reconocidas copmo ciudadanas estadounidenses, pero él la deportación. Finalmente, le permitieron permanecer en los Estados Unidos tras una campaña en su favor llevada a cabo por partidarios irlandeses-estadounidenses.
Debutó como guionista y director asistente en 1993 con "En el nombre del Padre", co-escrita y dirigida por Jim Sheridan. La película fue nominada al Oscar en siete categorías, entre ellas las de Mejor Guión Adaptado para George y Sheridan.
Debutó como director con "En el nombre del hijo" (1996), para la que también escribió el guión y fue nombrado Director Europeo Joven del Año. De 2000 a 2004, fue productor ejecutivo y co-creador de la serie de televisión "The District". En 2004, fue nominado al Oscar por dirigir, producir y co-escribir "Hotel Rwanda". En 2011, escribe y dirige el cortometraje "The Shore" (La orilla), producido por su hija Oorlang y filmado en seis días en la casa de George en el Condado de Down, en Irlanda del Norte, ganador del Premio de la Academia al Mejor Cortometraje de Acción en Vivo.
El guión de La promesa ha sido escrito por Terry George y Robin Swicord, nominada al Óscar por su contribución a la adaptación de "El curioso caso de Benjamin Button" (2008), por la que también fue nominada al Globo de Oro y a un premio del Sindicato de Guionistas (WGA).
Entre su extenso trabajo para cine (también es directora) y teatro, destaca el guión de "Memorias de una geisha" (2005), dirigido por Rob Marshall. También ha escrito y producido "Prácticamente magia" (1998), "Matilda" (1996), "Cuando salí de Cuba" y "Mujercitas" (1994). Adaptó el guión y debutó como directora con "Conociendo a Jane Austen" (2007). Su título más reciente como guionista y directora es "Wakefield", adaptación de un relato corto de E. L. Doctorow, estrenado en el Festival Internacional de Cine de Toronto de 2016, tras su presentación en el de Telluride.
Terry George sintió desde niño una gran afición por el cine. Las películas que más le gustaban, y admiraba, eran las que sumergían al espectador de forma visceral en acontecimientos humanos importantes, grandes filmes que trataban de hechos históricos recientes como "La lista de Schindler", "Los gritos del silencio", "Rojos", "La batalla de Argel" y dramas como "Un hombre para la eternidad", "Doctor Zhivago" y "Apocalypse Now".
George confiesa: "En el curso de unas pocas horas, experimentaba rabia, miedo, empatía, verdadera tristeza y, a veces, verdadera alegría. Ningún otro género cinematográfico puede conmoverme de ese modo. Salía del cine abrumado. Me han guiado por momentos históricos personajes que jamás olvidaré".
Y continúa: "Como cineasta, mi reto es encontrar historias y personajes que me permitan sumir a los espectadores en unos acontecimientos sobre los que poco o nada sabían, y mostrarles que el espíritu humano puede sobrevivir y triunfar en las circunstancias más adversas. Esa fue la motivación que tuvimos mi coguionista, el director Jim Sheridan, y yo con 'En el nombre del padre' y 'The Boxer', y mi reto como director con 'En el nombre del hijo' y 'Hotel Rwanda'".
La mayoría del trabajo cinematográfico de Terry George se caracteriza por involucrarse en temas relacionados con actuaciones políticas poco deseables, los llamados crímenes contra la humanidad y, sobre todo, en los problemas de este tipo sufridos en Irlanda del Norte, que él vivió muy de cerca.
Hace unos tres años, le ofrecieron un guión de de Robin Swicord titulado "La promesa". Se trataba de una historia de amor ambientada durante los días del genocidio armenio, una de las mayores y menos conocidas catástrofes del siglo XX. Este intento de erradicar a toda una nación desapareció de los libros de historia gracias a la negación colectiva y a la conveniencia política. A George le pareció una historia que debía ser contada en el cine para que llegara a un amplio número de personas. El problema era cómo conseguir hacer vivir a los espectadores unos acontecimientos tan horribles y remotos.
George buscó inspiración en grandes maestros del cine como David Lean, que nos sumergió en la Revolución Rusa con "Doctor Zhivago" y en la Guerra de Independencia de Irlanda con "La hija de Ryan"; en Warren Beatty, que nos permitió vivir la Revolución Rusa desde el punto de vista de John Reid en "Rojos". Ambos utilizaron el romance para contar grandes historias de amor ligadas a acontecimientos reales trascendentales para atraer a los espectadores, porque el cine es tanto arte como negocio.
George confiesa estar muy satisfecho de haber co-escrito y y dirigido La promesa porque ello le ha permitido trabajar con actores de gran talento como Christian Bale, Oscar Isaac o Charlotte Le Bon (por cierto, en el reparto también figura la actriz española Alicia Borrachero en el papel de Lena), para contar una historia del corte de sus directores y películas preferidas: un gran amor que sirve de vehículo para descubrir y sumergir al espectador en el horror y calamidades sufridas por el pueblo armenio en 1915.
Lo cierto es que La promesa, sin ser una gran obra, no deja de ser interesante. El mérito artístico no pasa de ser aceptable, más brillante durante lo que se puede considerar como primera parte, dedicada a desarrollar los hechos románticos. En la segunda, ocupada por completo por el drama, auténtico e histórico, vivido por el pueblo armenio, pierde fuerza, a pesar de la buena intención de George por reivindicar sucesos olvidados de nuestra historia más reciente.
