A las 11.00 horas, los agentes del Cuerpo Nacional de Policía, acompañados de varios integrantes del Gobierno local, con el presidente Juan José Imbroda a la cabeza, y del delegado Abdelmalik El Barkani, guardaron un minuto de silencio por el agente Francisco Ortega, fallecido el 2 de enero en Madrid tras ser arrastrado a la vía del tren por un individuo al que identificaba. El Sindicato Unificado de Policía (SUP), la Confederación Española de Policía (CEP) y el Sindicato Profesional de Policía (SP) convocaron ayer de forma conjunta una concentración por la muerte, el pasado viernes, del agente Francisco Javier Ortega del Real, de 28 años de edad, que falleció tras ser arrastrado hacia la vía del tren mientras identificaba a un individuo.
La concentración en Melilla se llevó a cabo frente a las puertas de la Jefatura Superior de Policía, donde, durante un minuto, los compañeros del agente Ortega del Real, que ingresó en el Cuerpo en febrero de 2009, guardaron silencio.
Tras un aplauso, Jesús Ruiz, secretario general del SUP en Melilla, lamentó que los responsables del Ministerio del Interior no asistieran al funeral del agente "asesinado vilmente". "Parece que se desvinculan", denunció Ruiz en declaraciones a los periodistas. "Esa actitud abre una brecha considerable entre la cúpula política del Ministerio y los profesionales de la seguridad pública. Que la sociedad sepa que nos sentimos ofendidos por esa actitud fría y distinta", dicen los tres sindicatos policiales en un comunicado.
De igual modo, informó el responsable del SUP en Melilla, los tres sindicatos reclaman a que la Dirección General de la Policía inste, vía Ministerio del Interior, las reformas o cambios legales necesarios para que, ante una tragedia de este tipo, se puedan decretar que las banderas nacionales ondeen a media asta, al menos las de Jefaturas y Comisarías del Cuerpo Nacional de Policía. "Creemos imprescindible poder contar con esta señal pública de respeto y dolor".
Los tres sindicatos se sienten "orgullosos" de las muestras de solidaridad recibidas desde todos los estamentos sociales, de "miles de mensajes de ciudadanos que se han emocionado y han llorado por el asesinato" de Francisco Javier Ortega del Real. "Los policías nos sentimos reconfortados al ver que la sociedad, nuestra sociedad, entiende la dureza de nuestro trabajo y siente como propia la pérdida de un compañero. No tenemos palabras suficientes para describir esta gratitud".
