La Ciudad Autónoma de Melilla reabrirá este martes día 31 su piscina municipal después de casi tres años cerrada debido a la pandemia y unas obras para reparar desperfectos de su remodelación que han supuesto una inversión de más de medio millón de euros.
El consejero de Infraestructuras, Urbanismo y Deporte, Rachid Bussian, ha visitado esta instalación pública, que estará disponible desde este martes para la modalidad del baño libre, ya que los usuarios de clubes, entidades y federaciones tardarán alrededor de una semana en poder acceder para el ejercicio físico.
En declaraciones a los periodistas, Bussian ha responsabilizado de lo ocurrido al Gobierno anterior porque, según ha dicho, recepcionó las obras de remodelación, que habían supuesto un desembolso de 1,6 millones de euros, pese a que “había informes técnicos que no aconsejaban su recepción” a finales de 2018.
“Entendemos que se recepcionó porque los fondos europeos no podían perderse”, ha dicho el consejero, convencido de que no había otra motivación, dadas las “importantes deficiencias que tenía la instalación”, a las que ha tenido que dar respuesta el Gobierno actual no sin dificultades por la pandemia y la judicialización de esta obra.
Para ello, adjudicó la puesta a punto de la piscina municipal a la empresa pública Tragsa, ya que la empresa que ejecutó la remodelación anterior “rehuyó, principalmente, de su responsabilidad” al no querer acometer los arreglos, lo que se une al hecho de que pidió unas medidas cautelares que conllevaron la paralización de los trabajos durante 8 meses.
Las mejoras
Según el consejero, la maquinaria que se usó para la remodelación de la piscina y la mejora de su eficiencia energética provocó “importantes desperfectos” en la instalación, entre ellas, siete fugas detectadas por las que se perdían “centenares de centímetros cúbicos diarios”, lo que llevó meses encontrarlas.
También se han sustituido los pódiums de salida, que se realizaron de ladrillo, por otros homologados; se han reparado los bordes de las dos piscinas, la grande y la pequeña, después de los cortes en las manos que sufrían los usuarios al apoyarse en ellos; y se han sustituido las tuberías, los circuitos, las duchas e iluminación de los vestuarios.
Esta obra ha permitido cambiar gran parte de las placas solares, que nunca se pusieron en funcionamiento tras su instalación, con el consiguiente deterioro; la bomba de calor y la maquinaria integral de esta instalación, ha subrayado el consejero, convencido de que lo que ha pasado con la piscina es que “se han hecho las cosas muy mal desde el principio”.
Ha confiado en que los responsables de la empresa adjudicataria de la remodelación anterior “paguen por el perjuicio que ha provocado a los melillenses tener cerrada una instalación tan importante”, que tiene una media de usuarios de 800 diarios.
Por ello, ha destacado que se trata de un día importante por esta reapertura a partir de este martes después de casi tres años debido a la pandemia, la complejidad de encontrar materiales y repuestos por la crisis sanitaria, y la paralización de las obras por orden judicial.
Abierta 16 horas diarias
La puesta en funcionamiento de la piscina, que tendrá un horario de 7.00 a 23.00 horas, que obligará a actualizar el perfil de los alumnos de los cursos de iniciación al haber transcurrido tanto tiempo.
Hasta finales del próximo mes tras la reapertura se mantendrá la empresa Tragsa en la instalación para tratar de reparar los “lógicos desperfectos” que puedan darse después de tanto tiempo cerrada.
