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La noble Fabada Asturiana y su aportación a la contrayihad y el Diálogo de Civilizaciones

Malos tiempos los que vivimos. Llenos de zozobra y horror. Con los mahometanos (permítanme el neologismo, pero me parece nombre más apropiado que el de musulmanes) en plena “fitna” (división) y guerra civil para que se la pintan solos, por muchos que unos u otros apoyen facciones y banderías en una cruelísima guerra que amenaza con incendiar no solo Oriente Medio.

El caso es que almorzando ayer una sabrosa y consistente fabada asturiana en mi nido tetuaní, con la lluvia azotando los cristales y el viento ululando por la azotea, dióme rapacinos por rebuscar en mi bien surtida biblioteca y, entre traguín de orujo por el gaznate, releer gozoso el Breviario de la Fabada que Paco Ignacio Taibo I (autor del sugestivo poema que les adjunto) publicó en 1981
¿Puede la noble fabada asturiana, con tocín y llacón, chorizu y morcilles, aportar algo en la implacable lucha antiterrorista que, sin complejos, debemos emprender…? ¿Pueden les fabes asturianes ayudarnos a conseguir la paz …? Pues sí, pueden darnos fuerzas además de ajustadas sugerencias tácticas, como engrasar les bales con tocín de puerco o enterrar a los yihaterroristas envueltos en piel de cerdo, que como dice el presidente ruso (¡con dos putines!) “perdonar a los terroristas es cosa de Dios, pero mandarlos con él es cosa mía”. Y bien que lo hacen los rusos, ¡enhorabuena!
Créanme que tras los atentados de París he pergeñado decenas de hojas con reflexiones que, todavía, no han visto la luz. Chuite, chuite (poco a poco), que dicen los imazigen o bereberes en mi querido Rif y, por favor, no confundan a éstos con la casta árabe.

Si en una hoja plasmé una posible estrategia (Proteger, Debatir, Combatir y Derrotar), en otra revisaba los textos coránicos alusivos a la guerra santa y que hacen las delicias de los yihaterroristas de Estado Islámico o Daesh, porque como señala con coraje y lucidez desde Casablanca el director de Telquel, Abdelaj Tourabi, “Sí, esto tiene que ver con el Islam” mientras el semanario MarocHebdo no duda en escribir en su portada sobre el “terrorismo islamista”. Ciertamente. ¿O qué nombre quieren que le pongamos? Flaco favor hacen a su propia religión, el Islam y a la convivencia políticos musulmanes (en Ceuta sin ir más lejos) o comentaristas que pretenden vanamente echar balones fuera, hablar de “terrorismo” a secas, como si no fuera con ellos. No, los yihaterroristas son musulmanes que basan sus atentados en versos del Corán. Con esto no digo que el Islam sea una religión violenta, pero desde luego de pacífica no tiene nada, siendo sus raíces totalitarias y totalizadoras. Una amenaza en toda regla.

En otras, reflexionaba sobre la imposible convivencia pues una buena parte de los musulmanes que viven en Europa (las africanas Ceuta y Melilla incluidas) son un factor de riesgo y, al día de hoy, una eventual quinta columna. ¿Qué hacer con ellos….? En principio aunque ya veremos, a los que imprudentemente (Felipe, Aznar y Zapatero, culpables) les dimos la nacionalidad (española, francesa u otra) tendremos que comérnoslos con patatines, pero los residentes y con nacionalidad sobrevenida, pues sobran y punto. Centenares de miles de ellos. Y aquellos que se revuelvan y no aceptan nuestras leyes, una patada directa en el culo y a su país de residencia. Mohamed VI estará “encantado” con lo que puede caerle encima en lo que a los marroquíes respecta, comprendidos los colonos emboscados en Ceuta y Melilla, ciudades cuya única solución de supervivencia pasa por aliviar y reestructurar la presión demográfica. Algo que todos sabemos. Nosotros y ellos.

Por no hablar del “frente cultural” en mi Facebook, activo como un volcán en erupción y en el que les invito a entrar.

Disculpe el lector, pero este escribano del limes es del norte: Asturias es mi tierra y España mi país. Soy franco y directo. Al pan, pan y al vino, vino. O como decía Unamuno: “Al ladrón, ladrón y a la puta, puta”. Por lo demás, nosotros, los descendientes del rey Pelayo, ya se sabe como somos: “Asturiano, loco y vano, mal cristiano, se acuesta con el ama y engaña al amo”. ¡Pardiez!
En cuanto al poema prometido, aquí lo tienen. Sigan y lean:
“Llegaban los árabes muy bien vestidos, bien armados, guapísimos.

Venían haciendo de cada prado un camino y arreando ante sí a los asustados resistentes. Habían dejado atrás todo un sistema de higiene complaciente y hacían ondear sedas verdes y sonar curiosísimos clarines.

Llegaban muy alegres porque la guerra era la victoria y porque ya les faltaban pocos pasos para llegar al mar.

Hablaban entre sí, riéndose y señalando hacia adelante.

Estaban dando la espalda a Castilla.

Traían higos en las mochilas y dátiles conservados en miel.

Cazaban a las campesinas y les enseñaban novísimas técnicas del arte del amor.

Estaban ya muy cerca. El viento del mar pasaba rozando los altos montes y llegaba hasta ellos haciendo relinchar a los caballos.

Una gaviota había sido vista volando muy arriba.

El árabe más alto dijo: ‘Solo quedan dos o tres jornadas, descansemos’
Y se tumbaron sobre la hierba muy verde arropados por las altísimas cumbres, dejando que los caballos piafaran y corrieran, abandonando a las campesinas retenidas para que se contaran las unas a las otras las nuevas experiencias.

Estaban los árabes muy felices, prometiéndoselas muy felices, gozando de la felicidad que da la meta, satisfechos de su cultura, de su elegante poesía, de sí mismos.

Miraban hacia el cielo, despatarrados sobre el pasto y algunos mordisqueaban una semilla y cantaban en voz baja.

No sabían que al otro lado de las inmensas montañas no sólo estaba el mar, sino también el pueblo que inventó la fabada.

Y fueron muertos”
Escrito está y escrito queda. “De frente y por derecho”, como decimos en aviación. No, ye ne regrette rien… cantaba Edith Piaff.
¡Puxa Asturies y Viva España!

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