Que la Administración sea cercana debe ser un objetivo prioritario y fundamental que no se soluciona únicamente habilitando servicios a través de Internet, sino resolviendo los problemas de los ciudadanos y atendiendo sus demandas cuando sean razonables como es este caso de Averroes Pocas veces las administraciones públicas se muestran cercanas a los ciudadanos en su gestión. Es decir, todo lo contrario de lo que debería ser si se tiene en cuenta que la razón de ser de las administraciones públicas es, precisamente, servir a los ciudadanos y gestionar sus intereses generales. Ya hemos hablado muchas veces en estas líneas sobre este enorme problema enquistado de la Administración, pero a pesar del tiempo, sigue sin solución. Ayer nuevamente pudimos comprobarlo con lo ocurrido en Averroes, cuyos vecinos llevan años quejándose de unas viviendas mal terminadas sin que nadie les haya hecho caso, hasta que en la noche del miércoles se desplomó el cubrimiento de una fachada, obligando a desalojar a una docena de familias.
Es patente esa lejanía de la Administración pública en este caso porque si bien en EMVISMESA aseguran que tenían constancia del problema y llevaban meses vigilándolo de cerca, los habitantes de Averroes no lo percibían e incluso protestaban porque llevan desde 2007 intentando que les solucionen el problema sin que nadie les escuche. Es verdad que EMVISMESA había tomado medidas porque había vallado la calle y eso evitó que no pillara a nadie debajo en el momento del desplome, pero el susto y el miedo no se lo quita nadie a los vecinos, que además se han sentido desatendidos en un problema tan serio como es cualquiera que afecte a la seguridad de sus viviendas, el techo bajo el que viven y no precisamente gratis, sino pagando sus hipotecas y sus alquileres cada mes.
Que la Administración sea cercana debe ser un objetivo prioritario y fundamental que no se soluciona únicamente habilitando servicios a través de Internet, sino resolviendo los problemas de los ciudadanos y atendiendo sus demandas cuando sean razonables como es este caso de Averroes. Eso es lo que los melillenses quieren y reclaman a sus políticos, a veces sumidos en otras preocupaciones tan lejanas del interés de los ciudadanos como las propias administraciones que gestionan o aspiran a gestionar.
