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Columna pública

La Importancia de una ciudad en organizar eventos

Este artículo analiza las aportaciones comunicativas de los eventos para consolidar y mejorar la imagen de marca de una ciudad. Se considera que la organización de eventos constituye un instrumento clave para promocionar un territorio. Según la definición de la OMT, Reed Travel Exhibitions, ICCA y MPI (Meeting Professional International), “reunión” es un término general que se refiere al encuentro de un número de personas en un lugar con el objetivo de organizar o llevar a cabo una actividad concreta.

Este término se aplica a un encuentro de diez o más participantes por un mínimo de cuatro horas en un espacio contratado. Estas reuniones pueden ser convenciones, conferencias, congresos, ferias comerciales y exposiciones, incentivos, reuniones empresariales y de negocios y otras reuniones que cumplen los criterios mencionados.

Podría decirse que es a partir del año 2006 cuando empieza a hablarse de “Turismo de Reuniones”, tras un proceso de debate en el que participaron las principales asociaciones del sector a nivel internacional, y a partir del cual la OMT adoptó el término “reuniones” para referirse a una modalidad de turismo que engloba los viajes para el encuentro de grupos de personas que se reúnen para tratar cuestiones relativas a sus intereses comunes o a la actividad de su empresa o para disfrutar de un premio obtenido por los resultados de su labor en la empresa en la que trabajan. Posteriormente, se ha ido evolucionando hacia un concepto más completo, como es el de “Sector MICE”. No obstante, hay algunos organismos y profesionales que prefieren hablar de “Industria de reuniones”, entre ellos ICCA, ya que consideran que el término MICE no reconoce el carácter industrial de éstas.

En concreto, el concepto MICE hace referencia al turismo de negocios como un conjunto de corrientes turísticas cuyo motivo de viaje está vinculado con la realización de actividades laborales, profesionales y/o asociativas a través de la realización de reuniones de negocio, congresos, convenciones, viajes de incentivo y otras reuniones similares (jornadas, encuentros, simposios, foros, seminarios,…) convocados con diferentes propósitos y magnitudes. En este sentido, los distintos eventos podrían clasificarse atendiendo a distintos criterios:

– Según su carácter o tipología: Congresos, Conferencias, Exposiciones y ferias, Convenciones, Reuniones, Seminarios, Jornadas, Viajes de Incentivos,…

– Según su naturaleza: Internacionales, Nacionales, Multidestinos, Itinerantes.

– Según el tamaño o número de delegados: Mini eventos (entre 35 y 45 delegados), Pequeños (50 hasta 249 delegados), Medianos (250 hasta 499 delegados), Grandes (500 a 2.000 participantes) y Megaeventos (más de 2.000).

– Según sus objetivos: Eventos promocionales, Eventos informativos, Eventos formativos-didácticos, Eventos de refuerzo de relaciones sociales, etc.

– Según las entidades que los convoquen: Gubernamentales, No gubernamentales, Corporativos.

– Según sector generador: Científico-Técnicos, Médicos, Ciencias sociales y económicos,

medio ambiente, Culturales, Deportivos y náuticos, Leyes,….

El término “Industria de reuniones” como concepto global que incluye el conjunto de relaciones y agentes que demandan y ofertan reuniones y eventos profesionales (congresos, convenciones, jornadas y otros), incluyendo además a las Ferias Comerciales, aunque éstas, en general, han sido objeto de menos análisis que las reuniones. Sin embargo, el Plan ha optado por separar los congresos, convenciones y jornadas, agrupándolos bajo el término “Turismo de reuniones”, de las Ferias Comerciales, debido principalmente a su heterogeneidad en características y estructura de gasto. Además, el Plan no incluye como objeto de estudio los viajes de incentivos o sesiones de información, entre otros, ya que, por su naturaleza, son en muchos casos más propios de otros segmentos turísticos (turismo cultural, deportivo,…), no contemplándose en la mayoría de los estudios que se realizan.

En lo que respecta a este “Turismo de reuniones”, aún no existe un marco conceptual claramente definido. La celebración de un congreso o convención se suele asociar directamente al turismo, aunque a veces esto resulte erróneo, ya que no todo evento tiene por qué generar actividad turística, puesto que para que un participante pueda considerarse turista debe estar fuera de su entorno habitual y no obtener remuneración en destino. De este modo, una reunión en la que los participantes sean locales no debería ser considerada como actividad turística, sino como actividad económica que podría incidir en sectores vinculados con el turismo. Por otro lado, pese a que se parte de definiciones generales de los términos básicos, como congreso o convención, aún no se han adoptado criterios comunes a nivel nacional e internacional, lo que dificulta la comparación de resultados entre los distintos estudios que se realicen.

Las ciudades y los territorios compiten entre sí y precisan incrementar su visibilidad como un activo esencial en la competencia por hacerse un hueco en el mercado global. Las ciudades sólo se pueden “vender” con éxito si tienen una marca representativa y reconocida, creada y difundida sobre la base sólida de un modelo urbano, de una visión de futuro definida a través de una planificación estratégica. Invitamos a nuestros dirigentes a que intenten estudiar la viabilidad de crear o traer algún Congreso Nacional de cualquier índole.

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