Director: Gore Verbinski. Intérpretes: Dane DeHaan, Jason Isaacs, Mia Goth
Lockhart (Dane DeHaan) es un joven agente de bolsa de Wall Street, obsesionado con su trabajo y por el triunfo. Pembroke (Harry Groener), director general de la empresa en la que trabaja Lockart, se ha marchado a Europa, concretamente a un balneario en los Alpes para someterse a tratamiento, ha dicho a su equipo que no tiene intención de volver a Nueva York.
La huida de Pembroke pone en peligro la continuidad de la empresa, el resto de directivos acuerdan que Lockhart vaya en busca de Pembroke y le lleve nuevamente a Nueva York.
Ya en Europa, el conductor que lleva a Lockhan al balneario, situado en lo alto del bosque alpino, le cuenta una misteriosa historia sobre los propietarios del castillo en el que se ha instalado la clínica, el barón que llevó al extremo su obsesión por conservar la pureza de linaje casándose con su hermana, siendo quemados, por este hecho, por los habitantes del pueblo.
Cuando Lockhart llega a la apacible clínica tropieza con el primer contratiempo: es la hora de descanso y no puede ver a Pembroke. Tras una serie de incidentes e impedimentos, Lockhan decide volver al pueblo para llamar por teléfono a Nueva York. El coche tiene un accidente y, cundo Lockhan recobra el conocimiento, se encuentra en una habitación del balneario con una pierna escayolada. El director de la clínica, Dr. Volmer (Jason Isaacs), le tranquiliza e insta a que, ya que se ve obligado a permanecer allí, siga su maravilloso tratamiento de bienestar.
Lockhan accede a someterse a tratamiento. Observa a los residentes, todos ellos ricos e influyentes magnates de la industria, pero parece que sus enfermedades, en vez de mejorar, empeoran. Conoce a la señora Watkins (Celia Imrie), aficionada a los crucigramas, interesada en averiguar la historia amorosa de los antiguos barones… y otros misterios de la clínica.
También conoce a Hannah (Mia Goth), apenas adolescente, que ha pasado su vida entera en el Instituto Volmer, bajo el cuidado directo del doctor. Lockhan consigue ir ganando, poco a poco, la confianza y amistad de Hannah, que le secundará en su empeño por descubrir todo lo que oculta la misteriosa clínica y el Dr. Volmer.
El director Gore Verbinski, de ascendencia polaca, nació en Oak Ridge (Tennesse). La familia se trasladó a California. Se licenció en la Escuela de Teatro, Cine y Televisión de UCLA en 1987.
Antes de dedicarse al cine, Verbinski dirigió videos musicales y numerosos anuncios, con los que ha conseguido cuatro premios Clio y un León de Plata. Debutó en la dirección cinematográfica con la comedia "Un ratoncito duro de roer" (1997), al que siguieron "The Mexican" (2001) y "The Ring" (2002). Su salto a la fama lo dio con la trilogía "Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra" (2003), "El cofre del hombre muerto" (2006) y "En el fin del mundo" (2007). Su primera película de animación, "Rango" (2011), fue premiada con el Oscar al Mejor Largometraje de Animación y nominada al Globo de Oro, el BAFTA, el Premio del Sindicato de Productores y el Annie. En 2013 dirigió "El llanero solitario", trabajando nuevamente con Johnny Depp.
Verbinski también dirige su productora Blind Wink.
En La cura del bienestar, Verbinski ha vertido su estilo y particular punto de vista iniciado en "The Ring". La película, visual y ambientalmente muy lograda, pretende analizar el verdadero significado del bienestar, los problemas que acarrean la avaricia y el poder con tal de alcanzar eso que llamamos éxito.
Con guión de Justin Haythe, basado en un relato del mismo y del propio Verbinski, éste quería realizar un thriller con la profundidad, perspicacia y fuerza de los clásicos del género que él admira, como "El resplandor" (1980), de Stanley Kubrick; "Amenaza en la sombra" (1973), de Nicolas Roeg, o "La semilla del diablo" (1968), de Roman Polanski. La idea de una cura rápida, unida al malestar de la sociedad y la obsesión por disfrutar de una salud perfecta, eran temas que fascinan a Verbinski: "Empezamos examinando la idea de un sanatorio en los Alpes, un centro de bienestar que, en realidad, no le devuelve a uno la salud", dice Verbinski, "y todo evolucionó lentamente desde allí. No quedó meridianamente claro que ésta fuera a ser una pieza de género y comenzamos a darle vueltas al concepto de inevitabilidad, con la sensación de que hay una enfermedad, una especie de mancha negra en la radiografía que no desaparecerá".
El guionista Justin Haythe, que se inspiró en las obras del escritor alemán Thomas Mann y del psiquiatra Carl Jung, dice: "Desde hacía algún tiempo, lo que yo tenía rondándome por la cabeza era un producto de varias influencias y preocupaciones, pero que principalmente provenía de una sospecha de la medicina. La película se ocupa realmente de la contaminación de nuestras mentes y cuerpos en el mundo moderno, y de nuestra obsesión por la pureza como consecuencia de ello".
Lo cierto es que en La cura del bienestar guionista y director han conseguido un ambiente de inquietante misterio, gracias al director de fotografía Bojan Bazelli, pero tanto personajes como situaciones y evolución de la historia, son muy predecibles.
Como puede sospecharse por su título, La cura del bienestar alude a balnearios de aguas minerales europeos que hacen hincapié en la limpieza, el rejuvenecimiento y la revitalización. La diseñadora de producción Eve Stewart se documentó en varios balnearios europeos antes del comienzo de la producción. "Vi una piscina de Budapest donde la gente juega al ajedrez en el agua. Me fijé en muchos balnearios, especialmente de Europa Oriental, donde existe un enfoque muy holístico de la vida de sus ciudadanos. Eso era algo que queríamos investigar. ¡Piensan que es bueno que a uno lo rocíen con masas de agua y que se siente sobre sales efervescentes!" Si son clientes de balneario, no se preocupen, las terapias experimentales del doctor Volmer tienen una orientación muy distinta de las de los baños curativos de cualquier balneario.
La filmación de las espeluznantes salas de tratamiento de Volmer supuso uno de los mayores retos de la producción y tuvo lugar en platós de los históricos Estudios Babelsberg de Berlín. "El problema del tanque de aislamiento era la presión del agua", dice la diseñadora de producción de la película, Eve Stewart, "y el impacto que tendría en el vidrio frontal del mismo. Tuvimos que preguntarnos qué espesor debería tener el vidrio. ¿Actuaría como una lente de aumento? ¿Haría que todo pareciese de color verde brillante? ¿Cómo reaccionarían las pinturas con el agua? ¿Se volvería blanco el barniz? La curva de aprendizaje fue empinada". Stewart también tuvo que asegurarse de que el agua estuviera tibia para que los actores se sintieran cómodos durante las tomas.
La mayor parte de La cura del bienestar se rodó en Alemania y algunas secuencias en Suiza y Nueva York. El castillo de Hohenzollern, en las estribaciones de los Alpes de Suabia, en la Alemania meridional, fue el marco perfecto para el balneario del Dr. Volmer. El castillo se remonta a la Edad Media y es la casa solariega de la Dinastía Imperial de los Hohenzollern, en realidad es el tercero que se levanta en el lugar: después de la reconstrucción del siglo XIX, solamente se conserva la capilla medieval original. El castillo estaba abandonado y en ruinas hasta que fue construido a principios del siglo XIX basándose en el estilo neogótico inglés y en los castillos franceses del Valle del Loira. Sigue siendo propiedad de la familia Hohenzollern.
En los Estudios Babelsberg, en Berlin, se crearon algunos set. Parte de los interiores del balneario fueron rodados en el hospital militar de Beelitz-Heilstätten, abandonado y en ruinas a las afueras de Berlín.
La diseñadora de vestuario Jenny Beavan, nominada al Oscar en diez ocasiones y premiada una de ellas, y la diseñadora de maquillaje y peluquería Sharon Martin, han contribuido, brillantemente, a la caracterización de cada uno de los personajes.
