La Ciudad Autónoma de Melilla reubicará a las 300 personas que se encuentran acogidas en el albergue provisional que habilitó el pasado mes de abril en la Plaza de Toros, mayoritariamente marroquíes que se quedaron bloqueados por el cierre de los pasos fronterizos terrestres y los inmigrantes que han ido entrando de manera irregular, al no ser admitidos en el CETI.
El consejero de Economía y Políticas Sociales, Mohamed Mohamed Mohand, explicó que el objetivo del Gobierno local es cerrar la Plaza de Toros como centro de acogida y “devolver esas instalaciones al uso y disfrute de los melillenses”, pero dando como alternativa otro recurso habitacional a las personas que están siendo atendidas allí.
Mohamed Mohand explicó que, tras las repatriaciones voluntarias que Marruecos y España organizaron el pasado verano para todos aquellos que quisieron volver, las instalaciones de la Plaza de Toros han aliviado la presión asistencial que sufrían, de modo que la Ciudad Autónoma quiere aplicar un plan de reubicación.
El responsable del área de Salud Pública dejó claro que dar cobertura a estas personas es “una obligación moral”, no política o legal, ya que se trata de 300 personas a las que “no se puede abandonar a su suerte y dejarlas durmiendo en la calle”.
“Lo que no podemos permitirnos como seres humanos es olvidar que quienes viven en la Plaza de Toros son personas, seres humanos”, dejó claro el consejero para justificar la necesidad de aplicar ese recurso habitacional.
Tirón de orejas de Europa por la Plaza de Toros
La comisaria de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatovic, solicitó a finales de agosto a las autoridades españolas poner fin a las “condiciones precarias” en las que Melilla acogía en esos momentos a unos 500 inmigrantes en la Plaza de Toros, para lo que remitió una carta a los ministros del Interior, Fernando Grande-Marlaska, e Integración, Seguridad Social e Inmigración, José Luis Escrivá.
