El Gobierno de Melilla reiteró ayer su postura sobre la necesidad de que Marruecos acepte la devolución de los menores extranjeros no acompañados que acceden de forma irregular a la ciudad, y dijo que la otra alternativa, si ésta no funciona, es el traslado de estos jóvenes a la península. “Hay dos opciones aquí: o Marruecos se los lleva, o la península tiene que tirar de los menores porque no podríamos más”, afirmó Imbroda, que recordó que la Ciudad Autónoma está acogiendo en estos momentos a más de 600 inmigrantes menores de edad en sus centros, lo que conlleva un elevado gasto.
Este año, según dijo Imbroda, el gasto para la atención de los menores asciende a 13 millones de euros, mientras que el Gobierno central lleva años destinando sólo 2 millones de euros, a pesar de que la cifra de menores se ha duplicado desde 2010, cuando en Melilla había apenas 300 menores de edad.
Si no se produce ninguna de esas dos opciones planteadas por Imbroda, la Ciudad Autónoma “no podría más”.
Dijo que la solución al problema no es que el Estado destine más dinero para la gestión de los menores, algo que de todos modos defenderá conjuntamente con la Ciudad Autónoma de Ceuta, sino que “la solución es que Marruecos se los lleve”, puesto que lo mejor para los menores es estar con sus familias y criarse en el contexto familiar.
“Eso es lo que marca cualquier disciplina que hable sociológicamente de la familia y del menor”, agregó Imbroda, para quien es “una afrenta” a este colectivo, a la formación y a la educación que el país vecino no se haga cargo de ellos ni asuma su responsabilidad.
Por ello, Imbroda dijo que está dispuesto a seguir hablando de este asunto con el Gobierno, a pesar de que ya lo ha hecho “muchas veces en Madrid”, porque si bien en Ceuta alertan sobre el aumento de menores que tiene que atender, allí tienen 200 frente a los “600 y pico” de Melilla, lo que hace que esta ciudad tenga “un recorrido profundo en este aspecto”.
