El Gobierno de Melilla se ha mostrado “decidido” a que la calidad del sueño de los ciudadanos no se vea afectado por “fuentes de ruido que vayan más allá de lo habitual”, un objetivo en el que está trabajando con la elaboración de un mapa de ruidos que está actualmente en fase de corrección. El portavoz de la Ciudad Autónoma, Manuel Ángel Quevedo, admitió que la acústica no es un asunto fácil, aunque insistió en que el Gobierno debe ser “riguroso” y es algo que “le ocupa y preocupa”. A preguntas de los periodistas, Quevedo explicó que se están haciendo mediciones del nivel de ruidos no sólo en establecimientos hosteleros, sino en diferentes zonas, como las inmediaciones del puerto comercial o el paso fronterizo de Beni-Enzar, para comprobar el nivel de ruidos que hay en ellas y ver si se exceden los límites establecidos en los reglamentos.
En este sentido, informó de que la Consejería de Coordinación y Medio Ambiente ha abierto un expediente sancionador a un chiringuito de la playa cuya explotación tiene adjudicado el Patronato de Turismo. Este expediente se abrió a partir de una denuncia tramitada por la Policía Local, y la “denuncia un tanto reiterada” por parte de “una persona en concreto”. Por ello, ahora se están haciendo mediciones para comprobar si este chiringuito excede los niveles establecidos. Al no tener viviendas colindantes, esas mediciones deben realizarse en las fachadas más próximas.
Quevedo indicó que este caso concreto tiene unas “características especiales” respecto a otros locales por ser concesiones realizadas por la Ciudad Autónoma, que tienen que regirse por más requisitos respecto a las licencias generales que se conceden a establecimientos privados.
También apuntó que la Consejería de Medio Ambiente está llevando “muy en serio” las mediciones acústicas en los locales privados, hasta el punto de que recientemente ha dictado dos órdenes de clausura en locales de tipo 2 por no contar con los aislamientos necesarios con las viviendas colindantes, basados en un reglamento que exige no superar los 70 decibelios, lo cual es “complicado”.
En puerto y frontera
Asimismo, señaló que se están haciendo mediciones en otros puntos de la ciudad, como la zona cercana al puerto comercial, donde la Autoridad Portuaria ha dado orden a las tres navieras que operan las líneas marítimas de Melilla para que reduzcan el nivel de la megafonía, que a determinadas horas de la noche y con algunos vientos se oyen mucho.
También esas mediciones se están haciendo en la calle General Villalba, por donde pasa todo el tráfico que se dirige a la frontera con Marruecos.
