Las escuelas melillenses se ha convertido en un laboratorio de iniciativas que apuestan por buscar nuevas fórmulas para conseguir que en un ambiente multicultural, los alumnos logren los mejores resultados educativos. Esta experiencia de años ha quedado recogida en "Diversidad cultural y educación intercultural. Experiencias en Melilla", la publicación que ayer se presentó en el auditorio de Casa Árabe, en Madrid, donde se incidió además en el modelo de convivencia melillense. Esta publicación, "Diversidad cultural y educación intercultural. Experiencias en Melilla", tiene como objeto de estudio la diversidad cultural y la educación intercultural en un espacio concreto: Melilla, pero con connotaciones más amplias. Diversos especialistas han aportado sus análisis, experiencias o investigaciones en una recopilación de textos que tienen en común la puesta en valor del paradigma de la interculturalidad, frente a otros modelos de gestión de la diversidad, como el asimilacionismo o el multiculturalismo.
Laboratorio vivo
El caso de Melilla, según aseguraron los promotores de la publicación, "representa un laboratorio vivo de cruce e interacción de culturas diferentes y donde el modelo intercultural es defendido como objetivo estratégico por los poderes públicos locales, con vistas a preservar y consolidar una convivencia ciudadana sustentada en la igualdad de derechos de personas culturalmente diferentes y en la creencia de que la diversidad cultural constituye una riqueza y nunca una rémora para las sociedades".
Este libro ha sido publicado por GEEPP Ediciones y SATE-STEs Melilla en colaboración con el Instituto de las Culturas de la Ciudad Autónoma de Melilla. En su presentación ayer en la Casa Árabe participaron Fadela Mohatar Maanan, presidenta de la Comisión Ejecutiva del Instituto de las Culturas de Melilla; Francisco López Rupérez, presidente del Consejo Escolar del Estado; Soledad Gallego-Díaz, periodista; y José Luis López Belmonte, miembro del Consejo Escolar del Estado por STEs-Intersindical.
