Los Bomberos tuvieron ayer una mañana complicada con las primeras lluvias del otoño, que obligaron a decretar la alerta amarilla en Melilla. Según informaron a MELILLA HOY fuentes del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios, todos los efectivos de servicio tuvieron que salir a la calle para atender diferentes incidencias. En total, una docena de salidas por diferentes motivos, casi siempre para resolver inundaciones en viviendas, garajes, patios e inmuebles en general.
Ninguna de las salidas fue especialmente complicada, aunque la más llamativa se dio en el Teatro Kursaal, donde el agua que salía desde un sumidero situado en la confluencia de las calles Cándido Lobera y Pablo Vallescá formaron una especie de río con dirección al lateral del edificio del teatro. La consecuencia es que se produjo una acumulación de agua en los huecos del montacargas, que los Bomberos tuvieron que sacar ayudándose de las electrobombas. Desde el Parque de Bomberos apuntan a que es normal que estas incidencias se den con las primeras lluvias del otoño, ya que la suciedad acumulada en las alcantarillas durante la época más seca del año atoran los conductos y dificulta su funcionamiento. Los Bomberos también tuvieron que sanear dos fachadas, una en calle Pradilla y otra en calle Río Darro, por caídas de cascotes. Al margen de las incidencias por las lluvias, esta unidad ha tenido que intervenir también entre el domingo y el lunes para apagar los incendios en cuatro contenedores ubicados entre la Carretera de Hidum y la Carretera de Farhana, y en dos coches, uno en el Monte María Cristina y otro en Ciudad de Málaga.
