Los rojinegros fueron creciendo conforme avanzaba la contienda y comenzaron a asomarse con cierta frecuencia por las inmediaciones del área visitante. Así, a falta de cinco minutos para el descanso, una falta muy cerca del banderín de córner la ejecutó Yeklef con maestría para que Simo cabeceara en el segundo palo al lado contrario para establecer el 1-0 con el que los equipos se fueron a los vestuarios. Los filiales del Rusadir y del Granada ofrecieron un partido muy entretenido y disputado hasta el pitido final. El reparto de puntos premia la seriedad con la que los dos equipos emplearon sus armas para intentar hacerse con la victoria, que pudo caer del bando local si Requena no establece el empate en los instantes finales del duelo.
El Granada B demostró desde los primeros instantes que la posición que ocupa en la tabla no es producto de la casualidad. El cuadro nazarí se hizo con la posesión de la pelota y suya fue la iniciativa en el juego, aunque apenas creó peligro sobre la meta de Bonku. De hecho, la única ocasión de verdadero peligro de los andaluces llegó cuando apenas se habían disputado tres minutos de partido y en un lanzamiento desde 25 metros de Marcos, el mejor de los granadinos, que se marchó fuera tras estrellarse en el travesaño.
El Rusadir B fue creciendo conforme avanzaba la contienda y comenzaba a asomarse con cierta frecuencia por las inmediaciones del área visitante. Así, a falta de cinco minutos para el descanso, una falta muy cerca del banderín de córner la ejecutó Yeklef con maestría para que Simo cabeceara en el segundo palo al lado contrario para establecer el 1-0 con el que los equipos se fueron a los vestuarios. El segundo acto fue un monólogo de los granadinos, aunque no sería hasta el minuto 83 cuando marcaron el tanto del empate, en una acción ofensiva bien trenzada que acabó con el balón en los pies de Requena, que de tiro cruzado hizo inútil la salida de Bonku y establecía las tablas en el electrónico que al final serían inamovibles (1-1).
