Otro año más que me dejé “envolver” con las palabras serenas de mi amigo José Marqués López, para que le decorara un botijo gallo. Como negarte cuando te pide algo a sabiendas que no es para él si no para realizar una entrega a un personaje, un amigo o una persona en nombre de los “Hermanos Botijeros” o en nombre de “Amigos del Botijo”. Para el caso es igual, y hacer patria de ello, pues muchas de estas entregas cruzan el charco llevando el nombre de Melilla a todos los rincones del mundo.
José Marqués, en una de sus tantas visitas a Nador (Marruecos), y sus alrededores. En el año 2012 visitó Beni-Sidel, una zona familiar, entre Gamir y Llahyayen, cerca de Nador. Acercándose a un taller de alfarería de la zona, donde realizaban un trabajo rústico y algo medieval. La preparación del barro es rudimentaria y la cocción de las piezas hechas en un horno de barro con leña natural. Pero no dejan de ser piezas únicas moldeadas con las manos del Maestro artesano llamado Ahmed Messaudi, el cual disfruta con su trabajo y de la admiración que le tienen al mismo todos los que se acercan a ver su arte.
Nuestro hermano botijero comenzó a repartir en el año 2013 alcarraza a los melillenses y a foráneos con los cuales hace amistad enseguida. Pero la cosa no quedo ahí, sino que como consecuencia de las fiestas patronales de Melilla, marcó un antes y un después de la entrega del botijo decorado, entrando hacer miembros de la hermandad: Consejeros, Viceconsejeros, Fotógrafos, Historiadores… y un largo etc., dejando un interés en un público amigo del búcaro “que seguro muchos de ellos se preguntan después de la última entrega” ¿El año que viene me lo darán a mí? Y puede ser que sí, porque Marqués lo mismo premia con el cantarillo decorado a un alto cargo que a un vecino. Lo que valora es la persona y su trayectoria en pro de la ciudad de Melilla.
Desde su comienzo hasta esta última entrega, al parecer lleva ya más de 200 botijos entregados. Hay que decir que otros hermanos botijeros también entregaron piezas con él en muchos momentos puntuales.
“Peinado yo no pararé de entregar botijos mientras mi amigo el Maestro Alfarero Ahmed Messaudí me los siga haciendo y tú me los decores, claro” me comentó Marqués. El amigo Marqués, tiene muy buenas ideas para una asociación que está pensando formar, la cual quiere llamarla “Amigos del Botijo de Barro”, donde en sus estatutos tendrá un punto principal que será la de El Botijo y su Cultura. Espero que la lleve a cabo, y estaremos ahí, echando una manilla, cuando el espacio lo permita, como siempre.
“El Botijo, material noble forjado con las manos del alfarero dándole la vida el horno con fuego de leña natural, que después de unas horas permite su nacimiento como pieza única para satisfacción y gozo del ser humano (como se hacía antaño).
Recipiente noble y agradecido que permite remediar la sed a golpe de parábola en unos labios sedientos por el calor abrasador del verano.
¿Quién consigue poner el agua más fresca que él sin artilugios mecánicos o extravagancias? ¿Quién como él nos indica con su transpiración natural que es el momento de probar su manjar rico y suave, realizando su trayectoria amable y cariñosa sin aspereza ni dificultad, bajando por el gaznate hasta llegar a una meta que nos hará feliz por unos momentos víctima de un calor asfixiante?
Querido amigo (el botijo), permíteme esta licencia. Eres el gran olvidado, surgieron las nuevas tecnologías y te apartamos a un lado, te hiciste octogenario y no contamos contigo pero nada ni nadie conseguía ni consigue de una forma natural el frescor de tu agua almacenada en tu cuerpo”
Marqués un incondicional de Beni-Sidel seguirá visitando a su amigo y Maestro Artesano Ahmed Messaudi, en la felicidad que los dos coinciden en hacer renacer nuevamente al botijo de barro para el disfrute de los humanos.
