Todos en general hablamos mucho sobre este tremendo problema. Problema, que en primer lugar tienen las propias personas inmigrantes a las cuales denominamos no se si bien o mal “subsaharianas”, les siguen más o menos por este orden, posiblemente, la población melillense por cuestiones en no pocas ocasiones de inseguridad, las fuerzas de seguridad fronteriza y en general toda ella, aunque podemos decir también, que entre otros casos de seguridad ciudadana, para eso están y cobran por esos trabajos. Otra cosa, es si como decía en mi anterior escrito quizás no sea lo que en determinados casos y determinados cuerpos se merezcan por esa sacrificada y arriesgada labor. Por poner un ejemplo, ahora lo desconozco, pero, en los tiempos más criminales de la ETA, esas fuerzas policiales en el País Vasco cobraban algo o bastante más por ese especial riesgo.
Cuando digo que todos hablamos mucho, quizás demasiado, tanto en programas radiofónicos como todas las televisiones realizan programaciones especiales con varios tertulianos con diferentes formas de enfocar, ver y esgrimir sus argumentos más o menos acertados, según la visión individual de cada cuál y según ¿por qué no? si esa visión u opinión es mas cercana al “progresismo”, al “conservadurismo” o al “palo y tentetieso”, eso ocurre también en los medios de comunicación escritos. Como no quiero “tirar la piedra y esconder la mano”, ni “escurrir el bulto” atribuyendo a los demás opiniones que yo, un simple ciudadano, pero, con todo el derecho del mundo suelo verter también y así lo he hecho en otras colaboraciones anteriores, las cuales habrán tenido alguna, poca o ninguna aceptación por parte de los lectores habituales de Melilla Hoy, digo, que soy el primero que me gusta opinar y que me gustaría y mucho que de mi Melilla, nuestra Melilla se hablase de sus muchas cosas bonitas y buenas que también las tiene, pero no, por este motivo continuamente.
Ayer volvió a darse otro “asalto masivo” que no “invasión” por muchas piedras que tiraran o palos que esgrimieran (es mi opinión, que quede claro), soy melillense y me preocupa toda esa situación, pero, claro está, la vivo desde la distancia y quizás tenga que ser más comprensivo con algunas opiniones de las personas que lo viven directamente en Melilla, aunque de muy diferentes opiniones también como decía más arriba de forma parecida, dependiendo del “color con el cristal con que se mira”.
Yo por suerte o por desgracia (según se mire) soy un simple pensionista y puedo tener mi opinión al respecto de cómo más o menos se podría poner remedio a todo ese sobre todo “sufrimiento humano” de esas personas, pero, eso solo es una opinión que a mi nivel no serviría de nada, poco poder tengo. La solución la tienen indiscutiblemente los que mandan y cuando digo los que mandan me refiero a esos gobiernos de países africanos que egoístamente miran más por enriquecerse ellos mismos que por dar soluciones a los ciudadanos de sus respectivos pueblos y no olvidemos que esos ciudadanos durante muchos años se han conformado solo con tener una choza donde alojarse, tener agua para beber y tener el alimento indispensable para comer y sobrevivir ellos y sus familias (no piensan en coches, viajes en avión, viajes de recreo, etc). Dicho lo anterior, los países poderosos que mandan en el mundo y todas las organizaciones internacionales gubernamentales sobre todo, que se reúnen multitud de veces para hablar del tema y cobran “pero que muy bien por ello” que se dejen de ambigüedades y de marear la perdiz y de decir que se las ventilen, como es el caso de España, esos países limítrofes.
Yo dejo esta opinión y si alguien quiere coger el guante que lo haga. Acabar con las dictaduras de esos países, que oprimen y no dan soluciones satisfactorias a sus ciudadanos, acabar también con esas mafias que se benefician del padecimiento de estas criaturas, elaborar planes de ayuda humanitaria continua y planes laborales efectivos y creación de empresas y trabajo que de soluciones a corto plazo a esas familias. Hay que trabajar con ahínco y sin desmayo en esa búsqueda de soluciones que no obligue a esos llamados inmigrantes “ilegales” a abandonar a sus esposas (en algunos casos también esposos) y a sus hijos. Hoy que es el “día del padre”, pienso en el abandono masivo de hijos por parte de estos hombres y en el tiempo que llevarán separados de ellos, esperando ese salto de la valla supuestamente “salvador”. La alegría que demuestran cuando lo logran a pesar de los muchos cortes y desgarros que les producen las cuchillas así lo hace suponer. Señores políticos del partido que sean, por favor, aúnen esfuerzo en este cometido buscando solución o soluciones satisfactorias inmediatas. Que yo sepa un partido político melillense (creo que CPM) elaboró un documento sobre el particular, que no he visto publicado en ningún lugar, incluso, que les pareció bien a otros partidos (al PP no) y a diferentes asociaciones civiles y policiales, a mi desde luego, como melillense y español me gustaría conocerlo.
Leía hace unos días, no recuerdo bien en qué diario, una de las muchas opiniones que vierte la gente de forma anónima a un escrito sobre la inmigración que me indignó, al mismo tiempo me dio lástima y rabia de pensar que puedan existir esas mentalidades tan malignas y xenófobas, “decía el susodicho personaje, que él lo solucionaba colocando en el contorno español de la valla un foso lleno de “pirañas y cocodrilos” y por si alguno aun salía vivo del intento, que añadiría otro además con un “fondo de clavos de acero o una especie de objetos punzantes afilados”. Lástima, en este mundo hay de todo, hasta personajes como la muestra con tanta cobardía y mala “sangre” por decir algo.
Yo recuerdo mis años 50 y 60 en Melilla y no me viene a la memoria, nada más que los que pasaban de forma legal por las diferentes fronteras para hacer sus negocios de “venta-compra” o al revés y no recuerdo bien si en aquellos tiempos, por alguna zona limítrofe con Marruecos existía alguna valla, alambrada o similar. Nosotros mismos hemos cruzado por muchos sitios a Marruecos para bañarnos en aquella época y de verdad no recuerdo nada parecido con lo actual. Desde Castellón, me despido apostando por quienes trabajen y se esfuercen en buscar esas soluciones con honradez y honestidad pensando mayoritariamente en el gran problema de esos SERES HUMANOS y el añadido al conjunto de la sociedad melillense y ceutí, las llamadas ahora “puertas de Europa”.
