El presidente de Melilla, Juan José Imbroda, lamentó ayer la postura de Marruecos sobre sus menores inmigrantes, que llegan clandestinamente a la ciudad, y consideró que la imagen que está dando el país vecino en este asunto es “nefasta”. Imbroda recordó que los menores inmigrantes que entran a Melilla de manera irregular son marroquíes “y es una pena que su país los abandone”, ya que esta dando una “imagen nefasta” cuando su objetivo es estar cada día más incardinado en Europa y avanzar en ofrecer una imagen mejor y más moderna.
El presidente melillense cree que la inmigración infantil es un problema de Marruecos y confió en que el país vecino cambie de actitud y ayude en su solución, ya que en estos momentos hay medio millar de menores marroquíes acogidos por los servicios sociales de la Ciudad Autónoma.
Cumplir el acuerdo
En su opinión, lo que tiene que hacer Marruecos es cumplir el acuerdo de readmisión que firmó en 1992 con España, que fue publicado en 2012, momento a partir del cual el país vecino “ya reconoce su legitimidad y lo que hay que hacer es ponerlo en práctica”.
Este asunto fue abordado anteayer por el ministro de Justicia, Rafael Catalá, en el viaje oficial que hizo a Marruecos, aunque Imbroda no pudo precisar la respuesta que ofreció el país vecino, ya que aún no había tenido oportunidad de hablar con el ministro español.
En cualquier caso, señaló que Catalá sabe que el tema de los menores extranjeros no acompañados es uno de los problemas que sufren Melilla y Ceuta, razón por la que “todo el Gobierno está concienciado de que cada vez que se vaya a Marruecos, hay que hablar de este asunto, porque es un problema de Marruecos”.
El día 11, el Gobierno de Melilla planteará este asunto a la secretaria general de Inmigración y Emigración, Marina del Corral, que también está en Rabat para abordar, entre otros temas, el de los menores extranjeros no acompañados.
