Las reducciones de los precios se consignarán exhibiendo, junto al precio habitual y sin superponerlo, el precio rebajado de los mismos productos o idénticos a los comercializados en el establecimiento
Aunque ya no hay fechas oficiales de inicios de rebajas, Melilla se suma hoy, 7 de enero, a la mayoría de las comunidades autónomas que arrancan las rebajas de invierno tradicionalmente el día después de Reyes y hasta el 7 de marzo. La Ciudad Autónoma recuerda las normas a cumplir y se recomienda a los empresarios que deben poner en rebaja productos de temporada y a los consumidores, que siempre pidan factura. El sector coincide en afirmar que estos primeros días serán los de mayores ventas, al ser el arranque de la campaña y al coincidir con un domingo de apertura comercial. Los descuentos oscilarán entre el 30 y 50% aunque cada comercio determinará su propia rebaja.
El sector del comercio da este sábado, el pistoletazo de salida a las rebajas de invierno, una campaña que afronta con optimismo, aunque la liberalización de las fechas de inicio enfrenta a pequeñas y grandes comercios.
Desde las organizaciones de consumidores subrayan que la «liberalización» de los periodos de rebajas no significa que los establecimientos comerciales de Melilla puedan hacer ventas en rebajas sin someterse a ningún requisito, y al respecto ponen de relieve que, de acuerdo con las leys del comercio, con independencia de los periodos donde se lleven a cabo las ventas en rebajas, se siguen manteniendo una serie de características y requisitos que deben respetarse.
Así, subrayan que, si el establecimiento admite devoluciones durante toda la temporada y el pago con tarjetas de crédito durante el resto del año, también debe hacerlo en época de rebajas.
Asimismo, cuando se anuncia una venta en rebajas, el establecimiento debe disponer de existencias suficientes de productos idénticos para ofrecer al público en las mismas condiciones prometidas, al tiempo que remarcan que no podrá anunciarse la venta en rebajas de un establecimiento comercial cuando afecte a menos de la mitad de los productos ofrecidos en el mismo, sin perjuicio de que pueda anunciarse la de cada producto o artículo en concreto.
Tanto en la publicidad de estas ventas como en la información ofrecida a las personas consumidoras, se deben indicar las fechas de comienzo y el final de las mismas.
De igual modo, las reducciones de los precios se consignarán exhibiendo, junto al precio habitual y sin superponerlo, el precio rebajado de los mismos productos o idénticos a los comercializados en el establecimiento. Cuando se trate de una reducción porcentual de un conjunto de artículos, bastará con el anuncio genérico de la misma sin necesidad de que conste individualmente en cada artículo ofertado.
Cuando las ventas en rebajas no afecten a la totalidad de los productos comercializados, los rebajados estarán debidamente identificados y diferenciados del resto. Asimismo, cuando se efectúe al mismo tiempo y en el mismo local ventas en rebajas y de saldos o en liquidación, deberán aparecer debidamente separadas con diferenciación de los espacios dedicados a cada una de ellas.
Finalmente, no pueden ser vendidos como rebajas artículos que estén deteriorados por alguna causa, ya que éstos son los considerados saldos, ni tampoco los adquiridos expresamente para esta finalidad ni los que no estuvieran dispuestos en el establecimiento para la venta al consumidor con un mes de antelación a la fecha de inicio de la venta en rebajas, según detallan las organizaciones de consumidores.
