La desautorización decretada por el Gobierno civil de Madrid respecto a que la manifestación prevista para el 31 de octubre por ceutíes y melillenses para reclamar un estatuto de autonomía pasara por la puerta del Congreso, no impediría su desarrollo, puesto que los organizadores proponían un recorrido alternativo al inicial, al objeto de lograr la autorización que permitiese el desarrollo de la marcha.
El periódico se hacía eco de una triste polémica, el caso de un escolar del centro Mediterráneo que era portador de los anticuerpos del Sida. Los padres del resto de alumnos anunciaban que no enviarían a sus hijos a clase hasta que el MEC les recibiera y trasmitiera que no había peligro de contagio. Exigían también análisis a todos los alumnos y profesores.
