Continuaba la polémica sobre la instalación o no de una gran superficie en la Explanada de San Lorenzo. Tras la huelga de los empresarios, que incluyó por parte de un grupo de desconocidos el lanzamiento de huevos y piedras contra el presidente de la Ciudad, Ignacio Velázquez, las asociaciones de vecinos desconvocaban la concentración de apoyo al proyecto. El jefe del Ejecutivo local invitaba nuevamente a los empresarios a que ocuparan ellos el futuro centro comercial, que no se construyó.
Aún en este clima tenso, Melilla continuaba con la celebración de las fiestas patronales en honor a la Virgen de la Victoria. El Gobierno local homenajeaba en la Caseta Oficial a los feriantes llegados desde la península.