El Ayuntamiento de Melilla anunciaba su intención de modernizar la planta depuradora de aguas residuales de la ciudad, cuyo proyecto estaba en fase de elaboración. Esta obra era necesaria debido al desgaste derivado de depurar 20.000 metros cúbicos de agua diarios.
Por otra parte, un marroquí, cuyo nombre correspondía a las iniciales A.K.H., era condenado por la Audiencia Provincial de Málaga a un total de 34 años de cárcel por ser el autor material de los asesinatos de los melillenses José Antonio Rueda y Tomás Campos, en enero y octubre de 1991, respectivamente.
Asimismo, los sindicatos de Educación y la Dirección Provincial del Ministerio de Educación y Ciencia elaboraron una propuesta para ampliar las especialidades para la oferta de empleo.