Sólo una papeleta en blanco, opción para los que no quisieran respaldar a Enrique palacios en su reelección como presidente del PIM (Partido Independiente de Melilla), marcó el tono de una asamblea determinada por la salida de Francisco Robles, número dos del partido. Los miembros de su anterior ejecutiva que se habían desmarcado junto al diputado que había pasado al grupo mixto, optaron por no acudir al acto. Palacios arremetió contra los críticos a los que llamó “piojos políticos” y acusó de usar el partido en su beneficio.
Carlos Rubiales ofrecía ese año el pregón de Semana Santa. Su parlamento, fruto de cuatro meses de preparación, recibió los mejores halagos. Sólo una papeleta en blanco, opción para los que no quisieran respaldar a Enrique palacios en su reelección como presidente del PIM (Partido Independiente de Melilla), marcó el tono de una asamblea determinada por la salida de Francisco Robles, número dos del partido. Los miembros de su anterior ejecutiva que se habían desmarcado junto al diputado que había pasado al grupo mixto, optaron por no acudir al acto. Palacios arremetió contra los críticos a los que llamó “piojos políticos” y acusó de usar el partido en su beneficio.
Carlos Rubiales ofrecía ese año el pregón de Semana Santa. Su parlamento, fruto de cuatro meses de preparación, recibió los mejores halagos.