Según fuentes del PP, el Ministerio de Administraciones Públicas no admitía ninguno de los requisitos solicitados por los populares para negociar la Autonomía de Melilla. De este modo se escribía el principal fracaso de la nueva ronda negociadora iniciada por los dos principales partidos españoles para dotar a Melilla y Ceuta de sus respectivos textos estatutarios.
El PP pedía que el estatuto se aprobara por Ley Orgánica, que los presidentes de ambas ciudades fueran nombrados por el Rey y que dispusieran de capacidad legislativa. El PSOE se negaba a las dos últimas propuestas.
Siete de las diez familias acogidas en Cruz Roja conseguían, tras tres años de espera, una casa en la que vivir. Tras huelgas, concentraciones y protestas, eran enviadas a Las Caracolas.