El entonces alcalde, Ignacio Velázquez, fue el único componente de la delegación melillense desplazada a Madrid que se interesó expresamente, ante el ministro de Administraciones Públicas, Jerónimo Saavedra, por la suerte que correría el tamazigth en el futuro estatuario. Los parlamentarios y concejales del PSOE, así como los representantes de la Unión del Pueblo Melillense y del Partido Nacionalista de Melilla, guardaron silencio cuando se abordó el asunto. Sólo Bassets intervino para pedir que no trascendieran públicamente las diferencias entre el PP y el PSOE sobre el particular. También los grupos políticos que integraban la Corporación ceutí mantenían posturas discrepantes con la oferta autonómica realizada por Saavedra, tras el acuerdo alcanzado entre el PP y el PSOE.