Las obras en los puestos fronterizos de la ciudad estaban prácticamente terminadas, a excepción del de Beni-Enzar. El cambio experimentado en alguno de estos puntos, como Mariguari, resultaba espectacular. Por fin podía hablarse de frontera, tornos, soporte informático, en definitiva de instalaciones adecuadas a los tiempos que vivimos.
La ciudad vivía de lleno la campaña electoral de cara a las elecciones autonómicas. Los partidos realizaban el puerta a puerta, y se atacaban en mítines y ruedas de prensa.
A mediados de junio se anunciaba la firma en Granada del convenio que permitiría la financiación del campus universitario de Melilla, tras el problema que surgió al acceder la ciudad a su estatuto de autonomía.