Juan José Imbroda, presidente de la Ciudad Autónoma desde el 17 de julio de ese año, realizaba un balance positivo de la labor de su gobierno tras los primeraos cien días de gestión. Satisfecho con la consecución de la "estabilidad política que Melilla necesitaba", partidario de realizar una campaña de imagen que proyectara la realidad de la ciudad y seguro de que se recogerían en un futuro, los frutos de las actuaciones iniciadas por su ejecutivo, Imbroda resumía estos cien primeros días en dos frentes: por un lado, poniendo orden interno en los caudales de la Ciudad y, de otro, realizando una política de bases junto al gobierno central para transformar Melilla y acabar con sus problemas.
Máximo García era elegido nuevo secretario general de CCOO en Melilla, sin votos en contra.