El director general de Endesa, Manuel Morán, informaba al presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, de las medidas que la empresa estaba dispuesta a ejecutar para la mejora de sus instalaciones en Melilla. El plan para rebajar el impacto medioambiental, sin embargo, se asumía como sistema alternativo ante las dificultades que conllevaba proceder al traslado de la central, operación que costaría ocho mil millones de pesetas. Si la Ciudad no conseguía comprometer la financiación, para la que se daba de plazo hasta noviembre, Endesa trabajaría en la dotación de un nuevo motor.
Mustafa Aberchán reaparecía tres meses después de la moción se censura que le apartó de la presidencia, para acusar al nuevo gobierno de estar basado en la corrupción generalizada.