Juan José Imbroda, presidente de la ciudad Autónoma, contestaba a las veladas acusaciones de Enrique Palacios, presidente del PIM, con respecto a cierta "prevaricación" del upemista durante su etapa en el gobierno 98-99. "Empeño mi palabra: haré todo lo necesario, dentro del contexto democrático, para poner a ese hombre donde merece", aseguró.
Melilla vivía ese año más que nunca su decidida vocación de ofrendar las fiestas mayores del mes de septiembre a la patrona de la ciudad, en cuyo honor se celebran los festejos desde3 finales del siglo XIX. Las ofrendas a la Virgen de la Victoria se multiplicaron en esa ocasión.
El Ministerio de Sanidad investigaría las causas de la muerte de una niña en urgencias.