El conflicto que había generado la decisión del director provincial de Educación, José Luis Vereda de continuar el recorte de instalaciones para los alumnos de arte estaba más vigente que nunca. Cientos de alumnos, algunos, muchos emulando a la muerte, guadaña y ataúdes incluidos en una alegoría de lo que Vereda pretendía hacer con la escuela, salían a la calle para dejar constancia nuevamente de sus reivindicaciones, que no eran obras que tenían un centro adecuado a sus necesidades, suficiente para no mermar su formación. El presidente de la UPM, Juan José Imbroda, decía que no “descartaba nada” en relación con la propuesta formulada el día anterior por el GIL sobre la presentación de una moción de censura contra el presidente Aberchán, apoyada en el GIL, UPM y PP.