La moción de censura que PP, PIM y UPM habían acordado suscribir si el presidente de la Ciudad, Mustafa Aberchán no presentaba su dimisión, tenía visos de no poder hacerse efectiva de manera inmediata, ante la negativa del PSOE de suscribirla con la celeridad que pretendía el resto de partidos que se autoproclamaban "democráticos". La situación desvelaba el resquebrajamiento en el frente antiGIL de los partidos nacionales junto a los localistas de UPM y PIM. A su vez, la petición que Mustafa Aberchán había realizado al GIL, al parecer inicialmente de modo informal, pero con el objetivo de que los gilistas, cesados dos días antes, organizadores de la Feria, se encargaran de supervisar las actividades y los preparativos, suponía una pretensión algo excesiva por parte del presidente de la Ciudad Autónoma.