El PSOE, como en su día había hecho el PSDM tras las agresiones que sufrieron cuando intentaron pegar carteles electorales en la Cañada, pedía a la Delegación del Gobierno que preparase un dispositivo especial durante el día de las votaciones para impedir cualquier irregularidad, confrontación, presión o maniobra que pudieran provocar que se tuviesen que repetir las elecciones en Melilla. Enrique Beamud, delegado del Gobierno, aseguraba que la Policía estaba investigando lo ocurrido en la Cañada.
Los partidos políticos se preparaban para la recta final de esa tensa campaña electoral, con las fiestas de cierre y la jornada de reflexión. A 48 horas de los comicios autonómicos, las formaciones políticas continuaban con sus ataques y acusaciones.