Guelaya Melilla critica que el nuevo colegio Gabriel de Morales se haya quedado “sin apenas arboles”. En este sentido, lamenta que la cobertura natural en torno al edificio se limita actualmente a unas pocas palmeras tropicales, “cuando esa parcela originalmente tenía grandes árboles que sucumbieron por la obra”.
De igual modo, sostiene que “estamos ante un edificio Público del siglo XXI, en el que una vez más se han olvidado de la sombra de los árboles en plena crisis climática”, un olvido que sufrirá la comunidad educativa de este futuro centro, que además “perderá la oportunidad de poder disfrutar de la belleza y de todos los beneficios físicos, mentales y emocionales que nos procuran los árboles sin pedir nada a cambio”.
“Y eso que en este caso solo había que conservar lo que existía y mirar al otro lado de la calle para seguir el ejemplo: Enfrente de este colegio hay una pequeña empresa con dos ficus, cuyas grandes copas sin podar dan un sombra estupenda al personal de la empresa que trabajan en el exterior. ¿Quién se equivoca?”, pregunta Guelaya
Además, solicita a las personas encargadas de ejecutar los proyectos que si en la maqueta original del proyecto “vienen palmeritas de plástico, que no lo interpreten de forma literal al ejecutar la obra”.
