Todos sabemos lo que es un bocadillo, es decir dos partes de pan y una parte de otro alimento entre ambas partes del pan. Esta terminología se aplica en la vida ordinaria a situaciones particulares o peculiares que origina que una persona se encuentre en medio de dos situaciones, y no puede hacer nada contra ellas, de tal manera que se encuentra “ atrapado “ por ambas situaciones.
Esta reflexión va dirigida a los jóvenes de hoy, para que sus padres les recuerden nuestra experiencia en la vida y la comparen con la que ellos tienen, que no es que sea mejor, porque ellos también han heredado una situación muy difícil. Los que hemos cumplido 65 años somos una generación bocadillo o .sandwich. Hasta los 27 años vivimos, bajo el régimen de Franco, después vino la democracia, y nuestros hijos nacieron y crecieron y se educaron en la democracia y ahora somos abuelos, con una España totalmente distinta.
En el colegio, había que guardar unas normas estrictas de puntualidad, urbanidad, buena conducta etc. y nos inculcaron que teníamos que ser hombres de provecho para la sociedad. Los suspensos estaban mal vistos y los exámenes eran trimestrales, no existían evaluaciones, ni teníamos psicólogos. Las notas se daban quincenalmente y si teníamos un suspenso, había que ir el sábado o domingo al colegio para recuperar. Entrabamos a las 8,30 de la mañana, y después las clases. Salíamos en fila y en silencio, y por la tarde volvíamos otra vez, hasta las 8 de la tarde, Estudiábamos en el colegio y en casa.
Con nueve años teníamos el examen de ingreso oral y escrito, y si aprobabas comenzábamos el bachillerato. Con catorce años teníamos un examen de estado. Que comprendía los cuatro años anteriores. Yo lo pienso y me parece increíble que nos sometieran a tres exámenes, donde entraban todas las asignaturas de cuatro años, y para colmo tenias que decidir si continuabas en la línea de letras o de ciencias. Con 16 años otra revalida de sexto curso con tres exámenes estatales, que comprendía las asignaturas de quinto y de sexto.
El último año era el Pre -universitario. A esta altura, muchos habían abandonado, pues no podían con tan alto nivel de exigencia y horas de estudio. Muchos repetían algún curso. El pre- universitario también exigía un examen en el colegio y otro estatal. El examen de inglés o francés era oral, con lo cual los nervios afloraban, pero a estas alturas ya estábamos curtidos.
Una vez aprobado el Pre universitario, había que elegir carrera y la mayoría teníamos que marchar fuera de Málaga, pues solo se podía estudiar magisterio, alojarnos en pensiones, casas particulares o colegios mayores. En las casa se vivía la religiosidad de los tiempos, con la inculcación de un temor a Dios, al infierno, purgatorio y el limbo. Un concepto de pecado estricto. Una total obediencia a los padres y profesores. De noche no se salía y a las 10 de la noche en casa.
Con 20 años, tenias que decidir si hacías las milicias universitarias o la mili normal. Había que cumplir con la patria. Una vez terminada la carrera, afortunadamente, había trabajo. Lo lógico era casarse y tener hijos. Estamos ya en 1974, 75,……. Comienzan a nacer nuestros hijos. Y habíamos desarrollado una fortaleza interior apta para enfrentarnos a la vida. Muere Franco, se instaura la ilusionante democracia y nuestros hijos, crecen y nuestros mensajes hacia ellos duran hasta que cumplen 15 años, surgiendo una sociedad, que ya no tiene nada que ver con lo que nosotros vivimos y lo que nos inculcaron, con lo cual casi todos los esfuerzos por trasmitir nuestros valores a nuestros hijos no sirven. No cuajan en su forma de pensar y nosotros nos vemos más cercanos a nuestros padres que a nuestros hijos.
La ilusionante democracia que se instaura en España no cumple nuestras expectativas. se pierden nuestros valores, la gente joven se libera de muchas disciplinas, del ejército, de la puntualidad, de la urbanidad, de los buenos modales, y se meten en el alcohol, droga, rebelión contra los padres desobediencia a los profesores. Victimas no del cambio político, sino de los inadecuados politicos.
Ahora somos abuelos y la mayoría están sometidos a los nietos, porque nuestros hijos han heredado una sociedad, sin una economía resuelta y tanto la mujer como el hombre han de trabajar para sacar a sus hijos adelante, por lo que los abuelos se ven obligados a tener que volver a dar el callo.
Por lo tanto no se si lo que está dentro de nuestros dos trozos de pan es chorizo del malo, mortadela o morcilla, pero desde luego jamón no es. Puestos a elegir me quedo con la primera parte. Se vivía mejor.
