Estupefacto, abochornado y sin palabras me he quedado esta mañana al escuchar y leer en algún medio de comunicación las declaraciones del Presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla sobre la COA. Estupefacto porque es de un cinismo que tumba de espaldas el que el partido que está preparando un nuevo concurso público –ya veremos a medida de quién y quién se queda la concesión- y que asfixió a la Cooperativa melillense retrasando el pago de la subvención de manera que estuvo casi sin poder comprar combustible para continuar trabajando, intenta presentarse como el máximo defensor de la COA.
Abochornado porque un servidor, que intenta dar una imagen positiva de Melilla entre sus amistades de la Península, se me caen los palos del sombrajo por tierra cuando explico a aquellos las bondades de la ciudad y ellos leen y escuchan al máximo representante de los melillenses que quiere cortarle el dedo a quién señale no sé qué y que utiliza expresiones como estar a muerte con no sé cuantos. Entre nuestro presidente y las vallas y fronteras de Jorge Fernández Díaz no sé ya qué puedo explicar y a quien puedo convencer. Estos propagandistas, con su lenguaje inmoderado y violento, le hacen un flaco favor al turismo melillense.
Visto lo visto, y esperando lo que desgraciadamente esperamos de este gobierno, estaría bien que los miembros del gobierno Imbroda se aseguraran los apéndices digitales no sea que una mañana a su jefe le de por cumplir una de sus promesas.
