Unión, Progreso y Democracia (UPyD) ha comunicado esta semana a sus empleados un Expediente de Regulación de Empleo que prevé el despido de 40 de sus 53 trabajadores, la reducción del sueldo un 20 por ciento para los restantes y el cierre de todas sus sedes fuera de Madrid. Eso es lo que consta en el documento que ha elaborado UPyD acerca de esta reestructuración de medios, pero el coordinador territorial upedista en Melilla, Emilio Guerra, no se resigna a que el partido magenta pierda la sede que tiene en nuestra ciudad desde hace ocho años. “Yo no voy a cerrar la sede de Melilla”, dejó claro Guerra en declaraciones a MELILLA HOY. Emilio Guerra, que es el responsable de UPyD en Melilla desde su fundación en 2007, explicó que mañana lunes viajará a Madrid para participar en una reunión de la Dirección Nacional del partido, del que forma parte tras la crisis interna que está sufriendo el partido de Rosa Díez desde que se celebraron las elecciones europeas hace justo un año.
Guerra explicó que el plan de reestructuración de recursos que ha presentado esta misma semana UPyD es una “orden general” sobre la que cada sede territorial podrá actuar según sus circunstancias específicas, “intentando resolver los problemillas sobre la marcha”. “Espero resolver el de aquí”, confió el coordinador de UPyD en Melilla para salvar del drástico recorte la sede que su partido tiene en el número 25 de la calle General O'Donnell desde 2007.
Aquel año, la formación magenta nació en España e irrumpió en Melilla de la mano de Emilio Guerra, que decidió quedarse con el pequeño piso en el que estaba Convergencia de Melilla, partido que desapareció tras concurrir a las elecciones autonómicas de aquel año con escaso éxito.
La intención de Guerra es poder seguir haciendo política desde Melilla bajo las siglas de UPyD. Está convencido de que podrá conseguir salvar a la sede regional de este ajuste nacional, ya que la otra parte de este plan, que es el drástico ERE en su plantilla, no afectaría en nuestra ciudad al no tener UPyD trabajadores a su cargo.
Guerra admitió que esta decisión sobre sus recursos humanos es “lo más triste” para UPyD, pero recordó que es una consecuencia de no haber obtenido representación en la Comunidad de Madrid ni en el Ayuntamiento de la capital española, lo que le ha obligado a prescindir del personal que estaba trabajando en los grupos y las sedes. Esos malos resultados electorales también han supuesto una disminución de los recursos económicos de UPyD, máxime cuando también se están encontrando con problemas para obtener financiación de los bancos, algo que Guerra atribuye a la querella upedista contra Bankia.
