El mal tiempo impidió ayer que el via crucis organizado por la Agrupación de Cofradías para este Miércoles de Ceniza pudiera llevarse a cabo en la calle, por lo que tuvo que desarrollarse en el interior de la Parroquia Castrense. Con este año se culminaba una jornada en la que la comunidad católica mundial inician la Cuaresma, un periodo de contrición que culminará con la muerte y resurrección de Cristo en Semana Santa. La Parroquia Castrense de la Purísima Concepción se convirtió ayer en el refugio de cuantos melillenses católicos participaron en el Vía Crucis organizado por la Agrupación de Cofradías de Melilla, como uno de los primeros actos previo al desarrollo de la Semana Santa melillense.
La intención de los organizadores era que se iniciara en el interior del templo y que el recorrido de las estaciones de penitencia, catorce según recoge la tradición católica, se desarrollara en los alrededores de la Plaza de las Culturas. El mal tiempo, en especial el fuerte viento, las bajas temperaturas y la amenaza de lluvia obligó a los organizadores a llevar a cabo la ceremonia en el interior del templo.
Las dimensiones de la parroquia castrense contribuyeron a dar un ambiente de mayor cercanía a la ceremonia, ayudando a los congregantes a pesar del mal tiempo reinante en el exterior, a vivir en comunión y recogimiento el recorrido por las catorce estaciones de penitencia que recuerdan desde la detención de Cristo a su muerte y, finalmente, su resurrección, un mensaje de esperanza que define el sentido de la fe cristiana.
