Por Fidel Moga
La meritocracia funcionarial ha sido sustituida por los vínculos de amistad personal de la Delegada del Gobierno.
Iniciado el curso político y una vez finalizadas las fiestas patronales de Melilla tras el periodo mayoritariamente vacacional de los ciudadanos, la política local continúa con la misma tendencia: la confrontación de Sabrina Moh con el Gobierno que representa el Presidente Imbroda, exigiéndole actuaciones en diversos sectores a través de las redes sociales y medios de difusión, abandonando la negociación y el debate en los órganos de representación de la Ciudad Autónoma que les han sido otorgados por los ciudadanos en las elecciones municipales.
Sorprende que el interés general de los melillenses quede relegado a un titular y a su posterior difusión en las diversas redes sociales. Sonroja la actitud de Sabrina Moh cuando exige: ”una implementación de una Valoración de los Puestos de Trabajo igualitaria y sin dejar nadie atrás” de los empleados públicos de la Ciudad Autónoma, “canalizando sus reivindicaciones y propuestas de iniciativas en Comisiones y en los Plenos de la Asamblea”, es decir pone el carro antes que los bueyes, pues el consenso político para mejorar la Valoración de los Puestos de Trabajo, prioritario para dichos empleados públicos, es secundario a una foto grupal con militantes socialistas.
Para la Delegada del Gobierno, la provisión de puestos de trabajo y promoción profesional de los funcionarios civiles de la Administración General del Estado, está directamente relacionado con los vínculos de amistad, el resto es una mera pose política buscando paralizar la sangría política de pérdida de votos y desafecto de la población hacia el proyecto político que representa.
Una muestra palpable es el acceso al cargo de Secretaria General de la Delegación del Gobierno en Melilla, Sana Jallat Abdeslam Mohamed, que sin experiencia previa en la Administración, acababa de tomar posesión como propietaria de su plaza como profesora de matemáticas, ni formación jurídica/administrativa. Fue nombrada por Sabrina Moh en octubre de 2019, tras dejar vacante dicho cargo, de máxima representación en la función pública, durante 8 meses, por la dimisión forzada de María Dolores Morales y el anterior cese de María José Gómez, ambas juristas con una acreditada formación en la Administración General del Estado, amplia experiencia profesional y compromiso con la función pública, pero sin ningún vínculo de amistad con Sabrina Moh.
La forma normal de provisión de puestos de trabajo para los funcionarios es el concurso, y temporalmente podrán ser cubiertos dichos puestos por comisión de servicio o adscripción, temporalidad que se circunscribe a un caso de urgente e inaplazable necesidad y durante un periodo de una duración máxima de un año prorrogable por otro en caso de no haberse cubierto el puesto con carácter definitivo. La Delegada del Gobierno, ignorando la exigencia general de seleccionar valorando a los empleados públicos en base el principio de igualdad capacidad, mérito, transparencia y seguridad jurídica, nombra y mantiene durante cinco años a su amiga de la infancia, obviando la obligatoriedad de convocatoria pública, tal y como se recoge en la sentencia de 24 de junio de 2019 del Tribunal Supremo y el informe anual del Defensor del pueblo del año 2021.
Cómo puede justificar la Delegada del Gobierno que desde el 17 de octubre de 2019 el nombramiento del puesto funcionarial de mayor rango en la Administración General del Estado, que incluso normativamente sustituye representando a la propia Delegada del Gobierno, en ausencia de la misma, incumple los requisitos que impone tanto la norma como la jurisprudencia.
Pero aún es más escandaloso y de un nepotismo absoluto e inaccesible para cualquier otro empleado público, como se ha estado ocupando el puesto más relevante de la Administración General del Estado, la Secretaría General de la Delegación del Gobierno en Melilla. Nos encontramos ante un escenario, que como mínimo, podría constituir un fraude de ley en el que la Secretaria General ha estado ocupando el puesto de forma encadenada, sin publicidad ni concurrencia. Mientras Sabrina Moh exige al Presidente Imbroda la implementación igualitaria de la valoración de los puestos de trabajos, impide la posibilidad que ningún funcionario público pueda acceder a la plaza de la Secretaría General , manteniendo una temporalidad no contemplada por la normativa de provisión de puestos de trabajo, y no convocando dicho puesto mediante el procedimiento de concurso, saltándose a la torera para evitar una concurrencia en posiciones de igualdad, mérito y capacidad como marca el estatuto del empleado público y la propia Constitución Española.
Explique, Sra Moh, a la ciudadanía y en especial a los empleados públicos que solicitan comisiones de servicio para conciliar su vida familiar o cambiar de entornos de trabajo y que deben ajustarse a la normativa vigente que su amiga de la infancia y Secretaria General de la Delegación de Gobierno se le han autorizado diversos periodos tales como desde el 17/10/2019 al 30/08/2020, del 04/09/2020 al 31/08/2021, del 01/09/2021 al 31/08/2022, del 15/09/2022 al 15/09/2023.
Sin duda a posteriori se han ampliado dichos periodos, inalcanzables para cualquier empleado público ya que Sana Jallat Abdeselam Mohamed sigue ejerciendo temporalmente el puesto de Secretaria General en la Delegación del Gobierno y el puesto de trabajo no se convoca a concurso público, que es el sistema normal de provisión.
La exigencia de moralidad exigida al Presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla por Sabrina Moh en su doble faceta de Secretaria General del PSOE y Delegada del Gobierno, debería aplicárselo, tal vez, por aquello de la paja en el ojo ajeno y la viga en el propio, al poder estar incurriendo en un presunto fraude de ley, reiterado en el tiempo, usando una figura administrativa que debe durar un año o como mucho dos en caso de prórroga. Cómo se puede explicar un motivo de urgente e inaplazable necesidad para cubrir el puesto de trabajo de la Secretaría General transcurrido casi cinco anualidades.
En este sentido, es muy clarificador el fundamento tercero de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Galicia (Contencioso), nº 718/2015, donde el Tribunal plantea incluso las posibles responsabilidades disciplinarias y en su caso penales de quienes propician tan anómala situación más allá de la duración máxima prorrogada de tal figura, y que encierra una prolongación ilegítima de funciones a sabiendas de su irregularidad.”
La meritocracia en la función pública queda marginada al nepotismo implantado por Sabrina Moh, nepotismo, ni tan siquiera ilustrado, al carecer de perfil jurídico/administrativo y experiencia en la Administración Pública, tan sólo el vínculo de amistad que allana cualquier obstáculo.