El Melilla aumenta en 3 puntos la distancia sobre el Atlético B, con el que se enfrentará este próximo domingo en el Estadio Álvarez Claro
La U.D. Melilla sumó este domingo un importante punto a domicilio ante la Unión Adarve (2-2) y mantiene así el liderato del Grupo V de la Segunda RFEF, pero además amplía las distancias a tres puntos con respecto al segundo clasificado, ya que el Atlético de Madrid B perdió en su terreno de juego (0-1), aunque ve como la Gimnástica Segoviana y el Navalcarnero le reducen las distancias a solo 5 puntos. De este modo, el conjunto de Miguel Rivera llega con una ligera ventaja a la gran final que el próximo domingo disputará ante el Atlético de Madrid B. Además, con este resultado, el Melilla se convierte en el nuevo rey del empate, junto al C.D. Guadalajara, con diez cada uno.
La primera mitad fue bastante competida, intensa y emocionante, con tres goles marcados, dos para el Adarve y uno para el Melilla, aunque con dos acciones polémicas en las que el colegiado balear no estuvo nada afortunado, al señalizar un penalti inexistente, pese a que Álvaro Muñiz no tocó el balón con la mano, y otro clarísimo por manos de un defensor local Rojo, que dejó sin sancionar.
0-1 de Moi Rodríguez
El Melilla comenzó llevando la iniciativa del encuentro y en su primera aproximación sobre la meta rival, en el minuto 7, se adelantó en el marcador, tras una falta cometida sobre Moi Rodríguez por parte de Calleja. La falta la ejecutó José Antonio González y el propio Moi Rodríguez remató, de cabeza, al fondo de las mallas.
1-1. Penalti inexistente y remonta el Adarve
Sin embargo, sin tiempo para festejar el tanto llegó el gol del empate en el minuto 11, tras un despeje de Álvaro Muñiz a córner, pero de forma sorprendente el colegiado decretó penalti, al considerar que el centrocampista azulino tocó el balón con las manos.
Y en la siguiente acción, los madrileños remontaron el marcador, tras un robo de balón en el centro del campo, y Harta, desde fuera del área, disparó al fondo de la red.
Con el 2-1 en contra, el Melilla se adueñó por completo del balón, aunque sin éxito de cara a la portería rival, pese a intentarlo una y otra vez ante una sólida defensa.
No obstante, Sergio Pérez puso a prueba al meta local con un disparo al borde del área, pero Guille atajó el cuero, con gran seguridad, y en el 35’ el árbitro balear escamoteó un clarísimo penalti a los melillenses, tras un córner botado por José Antonio González, que pasó sobre José Enrique y su disparo golpeó en el brazo del local Rojo.
Los melillenses seguían buscando el gol del empate y esta vez con un remate de Fran Serrano, en el 35’, desde fuera del área, que mandó muy alto, y en el 38’ Fran Núñez centró desde la banda derecha, pero Álvaro Muñiz, dentro del área, también mandó el cuero por encima del larguero.
En la reanudación, el Melilla fue muy superior al Adarve, al que encerró de principio a fin en su campo, en busca de igualar lo antes posible el marcador, aunque las ocasiones se hicieron esperar hasta el tramo final del encuentro.
Dani García empata de penalti en el 78’
Miguel Rivera, entrenador del Melilla, apostó por el mismo once titular que en la primera mitad, hasta que en el 61’ hizo un doble cambio para intentar cambiar la dinámica, dando entrada a Dani García y Pitu Viera. Así, el líder consiguió abrir el cerrojo madrileño en el 75’, aunque antes dio un serio aviso Dani García, con un disparo desde fuera al que respondió el meta local con serias dificultades, y en la siguiente acción llegó el empate, aunque esta vez de penalti cometido por Dani Segovia sobre Sergio Pérez.
Dani García se fue decididamente a por el balón y no lo soltó hasta que lanzó la máxima pena que convirtió en el 2-2, en el minuto 78’.
Tras el tanto y la expulsión del local Meseguer en el 81’, el Melilla embotelló más aun a un Adarve que veía peligrar el empate, ya que en el 83’ los melillenses volvieron a intentarlo a balón parado, cno una falta de Dani García que pegó en el cuerpo de un defensor, y en el 91’, José Antonio González remató de cabeza dentro del área, pero el cuero se marchó fuera.
