El consejero de Educación, Miguel Ángel Fernández, justifica la decisión de demoler dichas aulas porque el proyecto de urbanización es «inminente» y asevera que cubrirán las vacantes de las listas de espera de escolarización de 0-3 años ampliando los convenios los convenios de colaboración con cinco guarderías privadas de la ciudad
El Gobierno de la Ciudad Autónoma de Melilla defiende su idea de derribar las aulas prefabricadas del antiguo acuartelamiento de Santiago con el fin de «urbanizar toda esa zona», un proyecto incluido dentro de las grandes inversiones que ha planificado el Ejecutivo que preside Juan José Imbroda en ese espacio, que contará con numerosas viviendas, arboleda, aparcamientos y un gran parque público, y que proporcionará “un impulso exponencial” a la ciudad.
«Creemos que es un bien mayor que ese espacio se dedique al proyecto que tenemos en ciernes, que es la urbanización de toda esa zona», ha defendido este lunes en rueda de prensa el consejero de Educación, Miguel Ángel Fernández, que asegura que dicho proyecto es «inminente» y, por ello, deben demoler toda esa zona, muy a pesar de sindicatos educativos como CSIF, que ven una «mala noticia» que dichas aulas no vayan a continuar. No obstante, deja claro que aprovecharían dicho espacio si el proyecto de urbanización de Santiago no siguiera adelante.
Aun así, ha adelantado que ampliarán por un periodo de cuatro los convenios de colaboración suscritos con cinco guarderías privadas de la ciudad para ampliar las plazas, que están dedicadas a niños de cero a tres años, para reducir la demanda de la lista de espera, así como para dar «certidumbre económica» a estas empresas.
A ello, añade los recursos de conciliación de los distintos planes firmados con la administración central. Por lo tanto, considera que con todas estas iniciativas se podrán atender las actuales peticiones y «no se hace indispensable» disponer de las aulas modulares de Santiago.