“El aeropuerto de Melilla cuenta con las infraestructuras necesarias para atender con unos niveles altos de calidad la demanda actual y futura de las compañías aéreas. Por lo tanto, en la actualidad no se considera necesario el desarrollo de una nueva infraestructura”. Con esta escueta respuesta en el Senado, de apenas 4 líneas, el Gobierno ha descartado llevar a cabo la propuesta de Coalición por Melilla (CPM) de construir un aeropuerto intercontinental sobre el mar.
El Gobierno ha dado a conocer su postura sobre este proyecto en respuesta a una pregunta de Compromís, socio de CPM. El senador Carles Mulet quería saber si el Ejecutivo de Sánchez iba a estudiar “la propuesta del principal partido del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Melilla de construir un nuevo aeropuerto frente al puerto de la ciudad”. Con este proyecto, agregó Mulet, se pretende “solucionar los problemas del actual, condicionado por la proximidad física a Marruecos, lo cual le dificulta aterrizar sin sobrevolar espacio del país vecino”.
No fue esta la única pregunta planteada por Compromís, ya que también registró otras en la Cámara Alta relacionadas, precisamente, con esos problemas de operatividad que presenta el aeropuerto de Melilla en día de meteorología adversa.
Según el Gobierno, en el caso del aeropuerto de Melilla “ni siquiera el uso de señal satelital y el diseño de una maniobra RNP (Required Navigation Performance, parámetros de precisión, disponibilidad, integridad y continuidad que deben cumplir los equipos de navegación) ‘por sí sola’ resolvería esta problemática de forma completa”, señala.
La razón hay que buscarla en “la ubicación de la pista del aeropuerto de Melilla, situada muy cerca de la frontera con Marruecos”, lo que “impide el diseño de un procedimiento de vuelo por instrumentos ‘directo’ (alineado con el eje de la pista) sin invadir el territorio soberanía del Reino de Marruecos”. A ello se suma el hecho de que “existe una limitación debida a la propia certificación de la pista del aeropuerto”.
“Cualquier medida de mejora que se implante no garantiza al 100% la eliminación completa de los desvíos en el aeropuerto”, advierte el Gobierno para defender las prestaciones que ofrece un sistema de aterrizaje instrumental (ILS).
