Desde tiempo inmemorial ha existido el miedo, el terror, el pánico. Y a lo que se desconoce pensando te pueda tocar, pero que existe la posibilidad de que no, a eso no se le puede calibrar, como de que pueda ser la consecuencia "colateral" en una guerra declarada, sea civil o global.
Otra cosa es la barbarie "valentonada" del terrorismo urbano, ese que estando agazapado entre la población, no le importa nada ni nadie el caiga quién caiga, ejemplo ETA. La cuestión es, contra más mejor. Este terrorismo creado en su tiempo por la banda izquierdista ultra de los Baaer/ Meinhof (alemana) o la italiana Ejército Rojo, dio paso a matar tras la cortina de los ciudadanos para los que precisamente, ellos, decían reivindicar sociales derechos para los mismos, pero refugiándose en la extinta República "Democrática" Alemana (la comunista). Los terroristas de tal tipo y los religiosos, que en nombre de Alá o Dios o de cualquier otra definición, puedan matar a escondidas a gente no involucrada, o sea, fuera de un frente de guerra o de un combate organizado militarmente, no es ni más ni menos que cobardía al grado sumo. Por eso, todo ejercicio de agresión urbana (sea la que fuere) hacia la población en estado de convivencia pacífica, esta calificado de terrorismo, sea en grupo o individualmente, es lo mismo o debiera serlo. Aunque es tal la hipócrita demagogia amparada en el mal llamado humanismo que, retrasa la dinámica legal del amparo al ciudadano en general que cumple con la "sociabilidad" entre seres, donde entra el respeto, por un lado a nivel territorial y por otro a nivel urbano y personal. Y para eso existe la creación de un derecho lógico y preventivo que, debiera constantemente estar depurando y adelantándose al posible hecho, teniendo como ejemplo la actividad nefasta y criminal mostrada en el todo nivel GLOBAL. Y en este último ejemplo GLOBAL entra toda actividad que denigra la razón, sea mental o espiritual, civil o política.
