«La voladura del campo se logró evitar, pero el desastre absoluto de su gestión no se ha evitado con la gestión pública dirigida por el consejero de Deportes Rachid Bussian, y su director general Alfonso Gómez, alias “Sito”, denuncia Enrique Bohórquez, presidente de la Federación Melillense de Golf
Cualquier ciudad del mundo, especialmente si es del tamaño de Melilla, estaría entusiasmada con disponer de un campo de golf, como elemento fundamental para el desarrollo del turismo y como oferta deportiva y social a los ciudadanos de todas las edades -desde niños muy pequeños hasta personas muy mayores- y de todos los estratos sociales -desde muy pobres a muy ricos-, si queremos utilizar esa terminología.
Melilla, con fondos públicos europeos y españoles, tiene un campo de golf, público, cuya gestión antes fue subcontratada y ahora es básicamente pública, con el desastroso resultado que se puede observar y lamentar. Lo primero que hizo el área de Deportes de nuestra Ciudad Autónoma fue intentar cerrar y hacer desaparecer el campo de golf, basándose en un estudio de mercado que ellos encargaron y pagaron, cuya sola mención y cuyos resultados dan vergüenza ajena, así que no quiero entrar a comentarlos.
La voladura del campo de golf se logró evitar, pero el desastre absoluto de su gestión -desde el punto de vista deportivo, social y turístico- no se ha evitado con la gestión pública dirigida por el consejero de Deportes, Rachid Bussian, y su director general, también de Deportes, Alfonso Gómez, alias “Sito”.
A modo de ejemplo añadimos 15 fotos del campo a día de ayer, como muestra de una catástrofe de gestión monumental.
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