La investigación de la unidad orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil ha permitido comprobar que el cadáver hallado el pasado martes flotando en uno de los muelles del puerto de Melilla es de un menor marroquí. Tenía 17 años y vivía en Nador, donde su familia desconocía el paradero del muchacho desde el pasado 9 de octubre.
La Guardia Civil cree que el chico falleció el mismo día 9, tal y como certifican los análisis preliminares de la autopsia, que aún está sin finalizar. Además, apunta a que la posible causa de la muerte fue el ahogamiento por sumersión. Según estos datos, el cuerpo llevaba cuatro días en el mar después de ser localizado por el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil en un muelle del puerto, frente a la antigua estación marítima. La Comandancia de la Guardia Civil informó ayer de que la madre del chico se trasladó hasta Melilla para reconocer el cadáver y someterse voluntariamente a las pruebas de ADN, que fueron determinantes para corroborar el parentesco y la identificación plena del fallecido. En una nota de prensa, indicó que la familia ha iniciado ya los trámites necesarios para repatriar el cuerpo, que será enterrado en Sefrou, donde nació el joven. Además, la familia quiso a través del instituto armado mostrar su agradecimiento “a cuantas personas han colaborado en la recuperación e identificación del cadáver”. La identificación plena es fruto de una investigación liderada por la unidad orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil, que arrancó el mismo martes por la mañana, cuando una patrulla del GEAS que estaba realizando labores de reconocimiento en el mar localizó un cuerpo flotando y boca abajo en un muelle del puerto sobre las 8.20 horas. Al acercarse, comprobó que se trataba de el cadáver estaba vestido únicamente con la ropa interior, sin signos de descomposición y sin documentación. El GEAS activó entonces el protocolo para estos casos y, con el apoyo de una segunda embarcación, trasladó el cuerpo hasta su base, ubicada en el puerto deportivo, donde el médico forense certificó la muerte y el juez ordenó el levantamiento del cadáver. Seguidamente, el cuerpo fue trasladado al tanatorio para practicarle la autopsia, que ha permitido determinar las causas de la muerte y el tiempo que llevaba fallecido. El hecho de que no tuviera signos de descomposición hacía prever que no llevaba mucho tiempo fallecido, como finalmente ha confirmado el examen forense.
