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EDITORIAL- Sin acuerdo a simple vista

Gobierno de Melilla

No hay que tener vista de lince para ver que no hay acuerdo sobre los pasos que Melilla necesita dar de cara a su futuro político, y que urgen tras la crisis fronteriza de Ceuta que tuvo lugar hace menos de dos meses. Una crisis que también tocó a Melilla, de distinta forma, y que ha abierto un escenario de incertidumbre ante el que el Gobierno ha propuesto una alternativa con la integración plena de las dos ciudades en Schengen. Esa posibilidad la trajeron bajo el brazo dos secretarios de Estado, con la condición de que haya acuerdo en las dos ciudades y también entre las fuerzas políticas nacionales. Transcurrido un mes desde que el Gobierno abrió esa puerta, nada se ha movido desde entonces. Mala señal, sobre todo después de escuchar las declaraciones de unos y otros.

El propio presidente De Castro ya dio alguna pista cuando dijo unos días después del anuncio que el Gobierno de Melilla tiene una postura favorable “en principio”, pero “haciendo matizaciones”. En el pasado Pleno de Control fue un poco más clarificador cuando reconoció que su socio principal, Coalición por Melilla, tiene una sensibilidad distinta en este tema.

El presidente de este partido, Mustafa Aberchán, dejó clara esa opinión discordante esta misma semana al insistir en la apuesta de su partido por la Zona Económica Especial y la buena vecindad, aunque reconozca que esta “hoy es difícil”. De paso, alertó de las posibles consecuencias que podría tener para Melilla la entrada en la Unión Aduanera, una opción que respaldan, de entrada, 15 diputados de la Asamblea y 261 en el Congreso, que son la suma de PP, PSOE y Vox. Estos tres partidos se han mostrado favorables a esa integración y, pese a tener esa amplia mayoría, nada se ha movido. Ni siquiera se han llegado a convocar debates para poner este asunto sobre la mesa.

Un PSOE que está tanto en el Gobierno local como en el de la nación

El PSOE podría hacer mucho más de lo que está haciendo porque está tanto en el Gobierno de la ciudad como en el de la Nación y debe tomar la iniciativa en este tema. Con su silencio, demuestra sumisión ante Coalición por Melilla, su socio en el Gobierno de la Ciudad Autónoma, y despierta dudas respecto a si su postura insistente hace años en torno a la Unión Aduanera, desde la oposición, era real o no.

Lo cierto es que pasan los días, el futuro de estas dos ciudades sigue en el aire y, en vez de ponernos manos a la obra para tratar de alcanzar consensos, seguimos perdiendo el tiempo al no dar pasos que en Ceuta ya están dando de manera decidida. Lejos de esa actitud constructiva, nos dedicamos a debatir lo que parecen bombas de humo, como la creación de una Casa de Melilla en Bruselas que proponen los cepemistas.

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Redacción

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